L. S. NAVEROS / Ch. NEIRA

La juez del número 11 acaba de desestimar la demanda planteada por las empresas Tradehi y Augescon, agrupadas en la UTE Buenavista, contra la sociedad Jovellanos XXI y la constructora Fiaga, por el impago de un pagaré de 700.000 euros correspondiente a la liquidación de sus trabajos para la instalación de la visera del Palacio de Congresos de Calatrava. La sentencia concluye que Jovellanos XXI no tiene que pagar el dinero de la liquidación a la UTE, que fue expulsada de la obra el 9 de marzo después de que la visera se rompiera tres veces al intentar ponerla en movimiento, puesto que incumplieron el contrato, consistente en construir una visera que pudiera moverse, tal y como la había diseñado el arquitecto valenciano.

Según fuentes próximas al caso, la sentencia no entra a analizar los motivos por los que el mecanismo diseñado por Calatrava no puede moverse, pero culpa a la UTE Buenavista de los problemas del ingenio mecánico, y no a la sociedad Jovellanos XXI ni a su constructora, propiedad de las familias Cosmen y Lago.

Durante el juicio, celebrado entre septiembre y octubre del pasado año, diversos testimonios de técnicos vinculados a la obra, también del representante del arquitecto Santiago Calatrava, insistieron en que la UTE Buenavista modificó el diseño inicial del arco móvil y que eso provocó, en parte, el problema. El despacho de Calatrava aseguró durante la vista que el diseño inicial era el de una única gran pieza de acero y que Tradehi y Augescon decidieron dividirlo en 32 tramos diferentes, lo que exigía que el trabajo de soldadura tuviera un protocolo muy estricto para evitar los problemas que finalmente se dieron al intentar subir y bajar la estructura móvil.

De alguna forma, la juez culpa ahora, al negar el derecho a cobrar la deuda, a la UTE Buenavista de los problemas surgidos en la visera del Calatrava, que Jovellanos XXI todavía podría pensar en reparar para poner nuevamente en marcha.

En todo caso, fuentes próximas al caso consultadas por este periódico aseguraron que la UTE Buenavista, defendida por el abogado Federico Fernández Álvarez-Recalde, recurrirá la sentencia.

El Palacio, aunque con una cesión a Jovellanos XXI para gestionarlo, que también lo construyó a través de Fiaga, es de titularidad municipal. El defecto de la visera, cuya movilidad era uno de los elementos esenciales del proyecto, no impidió que el Ayuntamiento no recepcionara la obra. Sin embargo, técnicos municipales están redactando en la actualidad un informe al respecto para decidir si la visera se queda fija definitivamente.

Valencia, L. BALLESTER

El arquitecto valenciano Santiago Calatrava ha reducido a la mínima expresión su estudio, ya que sólo dos personas trabajan actualmente en el edificio que habilitó como sede en la exclusiva zona de la plaza de la Virgen de Valencia.

Ni siquiera la comunicación oficial de las obras del arquitecto de Benimàmet se realiza desde Valencia. Cualquier petición de información se deriva a la agencia de prensa Corbin-Hillman Communications, con sede en Nueva York. La base de operaciones de Calatrava se mantiene en Zurich, donde el arquitecto finalizó su formación, se casó y comenzó a realizar sus primeros trabajos.

Esta situación coincide con el fracaso de los últimos proyectos diseñados por Calatrava para la Comunidad Valenciana: los tres rascacielos junto a la Ciudad de las Artes (que costaron 15 millones de euros pese que no se han llegado a construir) y el centro de convenciones de Castellón, que tampoco ha pasado de ser una simple maqueta. La crisis y las exigencias del arquitecto también han dejado a medio acabar el Ágora, al que le faltan por instalar 169 lamas, para crear una estructura móvil en la parte superior del edificio.