Copa Davis medio llena, Copa Davis medio vacía: el paso por la ciudad de la fase eliminatoria de la competición deportiva que enfrentó a las selecciones de tenis de España y Kazajistán ha dejado balances muy dispares. El equipo de gobierno considera que se rentabilizó al máximo la inversión y da por bien empleados en promoción nacional e internacional de la «marca Oviedo» los 180.000 euros destinados al torneo. Desde la oposición, PSOE e IU niegan la mayor y censuran que se presente ante la ciudadanía como un éxito una cita que, finalmente, «no ha sido un gran negocio».

El camino para que la Copa Davis pasara, como finalmente pasó este fin de semana, por Oviedo no fue, precisamente, fácil. Al contrario, y a pesar de que contactos previos prometían un diálogo más fluido entre los promotores de la iniciativa y el Ayuntamiento, el anterior alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo, designó finalmente al entonces concejal Alberto Mortera, hoy jefe de gabinete de De Lorenzo en la Delegación del Gobierno, encargado de las negociaciones, y la cuestión se ajustó, según reconoce el propio interlocutor, a «una negociación dura y estricta para evitar sobrecostes». «Se lo dijimos entonces a la Federación de Tenis», detalla Mortera, «y hasta el pasado domingo hubo que estar vigilantes para que no hubiera cuantías extras en ocurrencias».

Efectivamente, en Oviedo el Ayuntamiento no ha invertido la cantidad que otras localidades españolas sí han puesto sobre la mesa para alojar una eliminatoria de la Davis. Pero también es cierto que ante el canon que exigía inicialmente la Federación, 300.000 euros (aunque con porcentaje de entrada), el calendario y la ausencia de tenistas de gran repercusión mediática, ninguna otra ciudad entró en la lucha por acoger estas series España-Kazajistán.

Quizá la cuestión económica, lo que unos trataron de ahorrarse por una parte y lo que otros pretendían ganar, por otra, tenga que ver en la falta de acuerdos entre Federación y Ayuntamiento a la hora de coincidir en algunas cuestiones. Así sucedió, por ejemplo, con la fallida exhibición de la famosa ensaladera de la Copa Davis, a pesar de las peticiones por parte de la Federación de Tenis y del anterior equipo de gobierno para que se pudiera contemplar, ya en el Auditorio, ya en la plaza del Ayuntamiento. En ninguno de los dos casos se llegó a un acuerdo.

Sí hubo relación y cordial. Y así, por ejemplo, parte del equipo de la selección española estuvo encantado con la visita por el Oviedo antiguo en la que los guió el concejal José Ramón Pando.

A pesar de que se tratara de una iniciativa heredada del anterior equipo, el actual alcalde de Oviedo, Agustín Iglesias Caunedo, juzga, con todo, que la Davis fue «una excelente inversión para Oviedo». «Con esta eliminatoria», declaró el alcalde, «Oviedo ha estado en primera línea informativa en todos los medios nacionales e internacionales durante varias semanas y sería imposible conseguir esa misma repercusión por otras vías».

Máxima rentabilidad, pues, con mínimo coste, y que en el papel se traduce, según fuentes municipales, en 180.500 euros: 172.500 derivados de los contratos aprobados en Junta de Gobierno para protección de la pista (58.880), las carpas (44.880), la megafonía y climatización (54.339) y el alojamiento de los deportistas (14.400 euros); y otros 8.000 euros consumidos en el concepto de «intangibles» (que va desde la seguridad al servicio de limpieza).

Sin embargo, no todos ven un éxito en estas cifras. «Desde luego», asegura el concejal del PSOE Manuel Ángel Rodríguez, «para Oviedo no fue un gran negocio». Y detalla que, a pesar del éxito en lo deportivo, «ni los 3 millones de euros que se anunciaban han quedado en la ciudad ni la imagen y la marca Oviedo quedó demasiado bien en un Palacio de los Deportes donde no hubo tantísima gente como se preveía y como, además, era previsible». Para Manuel Ángel Rodríguez, el fracaso del «negocio rotundo que se anunció» está en el reparto apresurado de entradas en los colegios para mejorar el aforo.

«El entusiasmo que generó en la ciudad», concluye, «fue muy relativo». «Faltó química, y hay una parte de eso imputable a la Federación de Tenis, que no lo promocionó convenientemente, pero también, una vez que el Ayuntamiento se anima a organizar esto, tenía que haber intervenido en esta cuestión. Ligarse a la Davis de una forma más clara. El Ayuntamiento tampoco creyó nunca en la Copa Davis, se limitó a negociar el asunto económico y se desentendió de casi todo», remata.

Desde Izquierda Unida, Sánchez Ramos pide que «no se engañe a los ciudadanos, y que se reconozca que el evento no confirmó las expectativas que la Federación hizo creer al Alcalde y a los ciudadanos de Oviedo». El portavoz de IU cita, también, el reparto de entradas en colegios, prueba de que «eran muy caras y la competición no tenía ningún atractivo», y resume con un «todo el mundo es consciente de que el "Bienvenido, míster Kazajistán" pasó por Oviedo sin apenas detenerse». Y añade un detalle sacado sobre el terreno: «El catering en las carpas lo trajo la Federación de una empresa de Madrid, Mallorca, y a los contratados en Oviedo para trabajar de camareros se les ofrecieron 450 euros por los tres días y al final no llegaron a cobrar ni 300».