Á. F.

Pedro Martino fue uno de los discípulos más avanzados y queridos de Fernando Martín, que siguiendo su estela también consiguió para Oviedo una estrella Michelin. Su muerte, como buen alumno que admira, aprecia y respeta a su maestro, le afectó de forma especial. Con Fernando Martín trabajó en Trascorrales en los años 1994-1995 y de sus enseñanzas supo sacar un buen fruto. «Perdemos un referente nacional de la cocina asturiana, todo un pionero, un gran profesional y mejor persona», resumió Martino.

Recordó también cómo «defendió siempre la gastronomía asturiana tradicional, la de pucheros y guisanderas que logró con maestría modernizar». De su maestro destacó precisamente esta visión tan particular «que le permitió llegar a la modernidad siendo fiel a las raíces culinarias».

«Esto no sólo le permitió mantener su estrella Michelin en su Trascorrales hasta que cerró, sino pasar por derecho propio a la historia con letras mayúsculas de la gastronomía regional», concluyó Martino.