D. ORIHUELA

Los alumnos del Colegio Público de La Ería que cursan a partir de cuarto de Primaria tienen que esperar hasta las tres y cuarto de la tarde para comer en el centro. Lo ha denunciado la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA), que exige una solución a la Consejería de Educación del Principado.

Los niños entran a clase a las nueve de la mañana, e incluso algunos lo hacen antes porque desayunan en el centro, y están sin comer hasta más allá las tres de la tarde, algo que los padres no consideran admisible.

El comedor del colegio, ampliado recientemente, sí tiene espacio para todos los escolares, pero faltan los muebles. José Villar, presidente de la AMPA de La Ería, destaca que las «limitaciones» de mobiliario obligan a que los niños de Primaria se tengan que organizar en dos turnos para ir al comedor. Los primeros lo hacen a las dos y diez de la tarde y los segundos entran a las tres y cuarto, una vez que el primer turno ha acabado de comer y de recoger y limpiar las mesas.

Los padres ya han comunicado esta situación a la Consejería, «que se ha limitado a enviar a tres peritos, en otras tantas ocasiones, para valorar el coste de las mesas y las sillas necesarias, sin plantear ninguna solución al problema».

Villar entiende «los problemas propios de la coyuntura económica», pero los padres consideran que hacer esperar a los niños hasta pasadas las tres de la tarde para comer «es inaceptable desde todo punto de vista».

El Ayuntamiento de Oviedo ha ampliado el comedor del colegio, pero la dotación del mobiliario, que depende de la Consejería, no llega, con lo que los padres dan las gracias a la Administración local y critican a la regional.

Según explicó el presidente de la Asociación de Padres, el equipamiento «ha pasado de ser un espacio de reducidas dimensiones a una zona amplia, con salida directa al patio, con áreas específicas para que los estudiantes dejen sus mochilas y enseres y dividido en zona de Infantil y Primaria». Además, «el área de cocina ha sido rediseñada, de manera que los trabajos son más ergonómicos, diáfanos e higiénicos». En las obras se incluyó también la mejora en los servicios más cercanos.

Las obras se realizaron sin interferir en el desarrollo normal de la actividad del colegio.

Por todo esto, los padres quisieron agradecer «el esfuerzo realizado por el Ayuntamiento» para ejecutar la obra, que pretendía facilitar que los niños comiesen en un solo turno. Ahora, los alumnos tienen sitio, pero carecen de sillas para sentarse y mesas para comer. Al mediodía, a muchos les toca jugar en el patio mientras sus compañeros comen y sentarse a la mesa casi a la hora de merendar.