Carolina G. MENÉNDEZ

Cuando José Luis Rodríguez Blanco, coordinador de la Olimpiada de Química, pronunció sus nombres por ser los tres primeros clasificados de la fase regional, la respiración casi se les corta y el corazón empezó a latir a gran velocidad. Minutos antes habían acudido al auditorio porque sabían por sus respectivos profesores que habían obtenido una buena puntuación en las dos pruebas realizadas el sábado pasado en la Facultad de Química, pero nunca hubieran imaginado que habían alcanzado los tres primeros puestos. Alejandro José Uría Álvarez, del Colegio Corazón de María de Gijón; Ignacio Amores Sesar, del Instituto La Quintana, de Ciaño, y Ángel Martínez Canal, del Leopoldo Alas Clarín, de Oviedo, se mostraban ayer pletóricos de alegría ante la noticia.

Con los nervios a flor de piel, intentando asimilar la victoria y entre fotos y felicitaciones, manifestaron su agradecimiento a sus profesores (José Ramón Noval Blanco, María Teresa Parajón Suárez y Ernestina Pendás Díaz), que los apoyaron y ayudaron en la preparación de las dos pruebas realizadas el fin de semana y consistentes en un test y un ejercicio práctico que incluía tres problemas.

«Este premio es una compensación al esfuerzo realizado», coincidían en señalar los tres jóvenes de segundo de Bachiller, estudiantes con un excelente expediente académico que les permitirá acceder sin problema el próximo curso a cualquier carrera. Alejandro José e Ignacio (primero y segundo, respectivamente, en la Olimpiada), tienen previsto encaminar su futuro hacia la Física; Ángel, por su parte, se inclina por la Biotecnología. Aunque antes de convertirse en universitarios tienen ante sí varios retos: el más inmediato, superar los próximos exámenes parciales; a continuación, acudir a la fase nacional de la Olimpiada de Química -que se celebrará los días 28 y 29 de abril en Madrid- y, por último, salvar la PAU (prueba de acceso a la Universidad).

Mientras se acerca la fecha de viajar a Madrid, reforzarán sus conocimientos en Química, una de sus asignaturas preferidas junto a la Física; de hecho, los tres han participado también en la última olimpiada de Física. En cambio, la Lengua no es del agrado de Ignacio Amores, y el Inglés es la asignatura pendiente de Alejandro Uría y Ángel Martínez, idioma en el que deberán profundizar para, en el futuro, desarrollar sus estudios, ya que los tres aspiran a ser investigadores.

Ángel Martínez, Alejandro Uría e Ignacio Amores (por la izquierda) fueron los mejores en la Olimpiada, que contó con la participación de 165 jóvenes de segundo de Bachiller.