Chus NEIRA

«Comprendo que ahora mismo tener que decir que no hay que cerrar La Vega es complicado cuando en 1997 él fue el primer interesado y era el portavoz de la SEPI para cerrar la fábrica. No sé cómo lo hará pero por compromiso con Asturias tendrá que hacerlo y reconocer que en 1997 se había equivocado. Ya es hora de que reconozca algún error». Quien así habla es el ex presidente del Principado Sergio Marqués y se refiere al actual presidente en funciones, Francisco Álvarez-Cascos, que en aquellos años sostenía, frente al criterio del Principado, que había que cerrar La Vega.

En 1997, explica Marqués, el Gobierno regional, «ante la enésima vez que se lanzaba la operación de cierre de la fábrica de La Vega sin ningún tipo de garantía de supervivencia, había hecho llegar a todos los interesados en la operación que si se llevaba a cabo no se aceptarían alternativas urbanísticas sobre el terreno». Si no podía evitar que se cerrase, Marqués se comprometía a evitar que se especulase con el valor de los terrenos, con lo que hacía desaparecer el interés en la operación.

Eso es lo que el ex presidente regional sugiere que deberían hacer ahora los representantes institucionales locales y regionales. «Porque me imagino», razona, «que esto responde a la medida de hacer caja y no hay que olvidar que la finca de La Vega sigue siendo propiedad del Ministerio de Defensa».

Sobre lo que pasó en 1997, Sergio Marqués insiste en que «Cascos estaba comprometido en el cierre directo de Santa Bárbara a través de la SEPI». Y celebra que ahora, aunque sea tarde, «reconozca que se equivocaba».

La decisión de cerrar La Vega bajo el prisma de llevarla a Trubia de aquellos años es, según Marqués, la misma jugada que se reproduce ahora. «Están sacudiendo el mismo espantajo, lo que se está haciendo en realidad es caja, aunque no estoy en disposición de tener información fidedigna, en aquella época sí que la tuve de primera mano y sucedía exactamente lo mismo».