Catedrático de Fisiología Humana

Ángel FIDALGO

Carlos Belmonte, catedrático de Fisiología Humana y presidente de la International Brain Research Organization, la mayor asociación científica de investigación cerebral del mundo, pronunció ayer la conferencia «La exploración del cerebro: retos científicos y éticos», en el Centro Cultural Cajastur. Sus investigaciones, y de ellas habló, están encaminadas a entender el funcionamiento del cerebro humano, mostrando cómo las neuronas interpretan el dolor y, en consecuencia, cómo se puede tratar.

-¿El dolor del cuerpo y también el de los sentimientos?

-Los dos utilizan el mismo mecanismo cerebral para que experimentemos esas sensaciones.

-¿Se pueden curar?

-El físico se cura con fármacos. El dolor sirve para prevenir que un daño persista y evolutivamente es muy útil. Es un mecanismo de escape y de rechazo que en este siglo se podrá corregir. El de los sentimientos se puede manipular con una copa, que activa los mecanismos de recompensa igual que lo hacen otras drogas. Los antidepresivos de una manera controlada tienen los mismos objetivos, pero el dolor que va vinculado a una realidad de la vida es difícil ocultarlo.

-¿El amor dicen ahora que es sólo pura química?

-Yo estoy convencido como neurocientífico de que es el resultado del funcionamiento de nuestro cerebro. Es un hecho clarísimo. El enamoramiento tiene una serie de correlatos fisiológicos muy claros. Son mecanismos que aparecieron evolutivamente para mantener a las parejas unidas y por lo tanto para garantizar la continuidad de la especie.

-Resumiendo. Adiós al romanticismo...

-El amor es consecuencia del funcionamiento de nuestro cerebro y de las hormonas.

-¿Qué pasa entonces cuando un hombre y una mujer se miran a los ojos y quedan embobados?

-Que les está llegando una información sensorial que les produce una gran atracción. Un ejemplo: a un grupo de mujeres se les dio a oler camisetas de hombres y cada una de ellas eligió las de los individuos con los que tenían una compatibilidad física para que sus hijos tengan mejores posibilidades de sobrevivir. En el fondo están eligiendo a la pareja más adecuada para reproducirse con éxito, igual que cuando se miran fijamente a los ojos.

-¿Se puede llegar a conseguir que olvidemos algunas partes de nuestra memoria?

-Se está empezando a conseguir con métodos terapéuticos, como en los casos de los traumas producidos en las guerra. Ya se utilizó con los militares americanos de la guerra de Irak que quedaron traumatizados y que tenían recuerdos repetitivos. Éstos se borraron inyectándoles unas sustancias que pueden borrar de forma selectiva episodios de nuestra vida. No diré cuáles son. En síndromes obsesivos-compulsivos también se pueden emplear.

-Aquí entra en escena la ética.

-Exactamente. Si yo quiero que mi hijo sea economista o músico le puedo modificar su cerebro en la dirección que quiera. Lógicamente esto no se debe hacer porque no estamos en condiciones de tomar esas decisiones en su nombre.

-¿Se puede saber si una persona llegará a tener alzhéimer?

-Todavía no, aunque se están empezando a hacer test. Los datos de momento no son concluyentes, y el hecho de conocerlos no se sabe si será una ventaja mientras no tengamos una terapia adecuada.

-¿Qué factores conducen a esta enfermedad?

-Lo que sabemos es que las neuronas empiezan a funcionar de manera anormal, se generan lesiones que producen daños físicos y se mueren.

-¿El asesino, el violador, el pederasta... tienen dibujado un libro de ruta en su cerebro?

-Hay casos en los cuales de manera genética y ambiental se producen cambios en el desarrollo del cerebro, sobre todo en la infancia, que pueden se irreversibles en la manera en la que se organiza el cerebro. Éste es uno de los temas que más me preocupa. La violencia infantil produce unos cambios muy serios en el cerebro, y de hecho entre estas víctimas hay tres veces más suicidios que entre la gente normal por situaciones de estrés. El cerebro es un órgano extraordinariamente maleable, sobre todo en la mala dirección.

-¿Qué agentes externos descontrolan más el cerebro: el estrés, el fracaso, las drogas?

-En general todos, igual que una mala nutrición de pequeño o la falta de cariño.

-¿Cómo podemos mantener nuestro cerebro joven?

-Con que se estropee lo más despacio posible podemos darnos por satisfechos, pero para eso tenemos sobre todo que usarlo manteniéndolo ocupado y preocupado. Éste es el mejor modo, junto con el ejercicio físico.