En «Viaje al centro de UCD», editado por Planeta en 1981, su autor, Eduardo Chamorro, atribuye esta sentencia al entonces vicepresidente del Gobierno español, Fernando Abril Martorell: «Desde la debilidad se encuentran muchas dificultades para el entendimiento. Desde la firmeza, muy pocas». Al contrario de lo que sucede en Asturias con nuestros gobernantes: cuando estaban más fuertes no se entendían ni entre los de su ideología, ahora, diezmados, dialogan más que nunca, con los afines y con los desafectos, y hasta el más débil, UPyD, hace a todos tilín y se deja querer. La debilidad nos humaniza, con nuestras debilidades somos más comedidos, más razonables, menos mandones, más conciliadores. De nuestra debilidad, salvo que ignoremos que somos endebles, proceden las más finas virtudes. Cuidémonos de los socios poderosos.