Elena FERNÁNDEZ-PELLO

Pocas tesis doctorales concitan tanta expectación como la que el arquitecto Jovino Martínez Sierra defendió ayer. A la lectura de la primera investigación exhaustiva sobre la obra del asturiano Fernando Alba, Premio Nacional de Escultura, acudieron artistas, como Carlos Sierra, Ángel Nava o Consuelo Vallina, galeristas como Guillermina Caicoya, una amplia representación de la plantilla docente de la Escuela de Arte de Oviedo, los concejales de IU en el Ayuntamiento, Roberto Sánchez Ramos y Emilio Huerta, «Triqui», el ex consejero del Principado con el PSOE Rafael Sariego y, por supuesto, el propio Alba, sentado en primera fila, como protagonista indiscutible.

Con la sala de grados de la Facultad de Historia a rebosar, Martínez Sierra acabó por referirse a Alba como «un artista de la sombra», un concepto ligado con el misterio y la búsqueda de conocimiento, y aludiendo a él como sujeto de «dos de las mayores polémicas artística de la región», las generadas en torno a «Sombras de luz», en Gijón, y al desmontaje de la de Ventanielles, en Oviedo.

Durante el debate académico, esa cuestión volvió a salir a la luz de boca de Moisés Bazán de Huerta, profesor de la Universidad de Extremadura y vocal del tribunal de la tesis. Bazán aludió a «la incomprensión de los ciudadanos y los políticos hacia el arte contemporáneo» y planteó la cuestión de «quién decide qué debe ponerse en los espacios públicos». Situaciones similares, indicó, se produjeron con obras de Chillida, en la plaza de los Fueros de Tudela, y de Pablo Serrano.

Jovino Martínez Sierra repasó, por etapas, la producción de Alba. Catalogó «Sombras de luz» y «Contenedores de tiempo» como las obras «más representativas de su pensamiento». Habló de su gusto por «valorar lo insignificante» y de cómo aprendió a amar la materia de su tío y su abuelo, «que hacían madreñas», y a tratarla «de una manera honesta».

Jovino Martínez Sierra también reconoció la influencia que sobre el escultor ejerció Martínez Jordán.

Mientras los miembros del tribunal deliberaban sobre la calificación de la tesis, Fernando Alba contaba que durante su estrecha colaboración con Jovino Martínez Sierra «lo pasamos muy bien, aunque el trabajo era arduo». «He renovado sensaciones que se revelan a través del tiempo de otra manera», reconoció.

Para el artista, el interés de la tesis de su amigo radica en la difusión de su obra y, al oírse definido como un artista de las sombras, admitió que «es inevitable habitar en las contradicciones. La sombra no es más que una parte de la luz e iluminar la luz es iluminar lo nuevo. Si uno no se adentra en la oscuridad jamás encontrará la luz».

Martínez Sierra ha llegado a la conclusión, al ahondar en la obra de Alba, de que «el drama que acompaña la existencia humana se manifiesta» en ella. «Para él la vida es un accidente permanente», añadió, y en cuanto al arte «es una pregunta constante, en la que cada material está diciendo algo».

La tesis de Martínez Sierra ha sido dirigida por Soledad Álvarez, que tras la presentación de su discípulo y las primeras impresiones del tribunal -que integraban, además de Bazán, Lourdes Cerrillo, de la Universidad de Valladolid, y Natalia Tielve, de Oviedo- tomó la palabra y reveló que guarda en su memoria la impresión de «una niña que ve a un artista bohemio yendo a su estudio de la Escandalera». No sabía entonces quién era aquel hombre ni mucho menos que con los años acabaría dirigiendo una tesis sobre su obra. El de Martínez Sierra, destacó, «era un trabajo necesario», ya que sobre Alba y su creación, observó, «había una laguna importante».

La secretaria del tribunal, Lourdes Cerrillo, destacó de la tesis de Martínez Sierra «la originalidad inusual» y «el trabajo experimental y muy vivido de colaboración entre dos artistas», y la presidenta, Natalia Tielve, dijo haber hallado en él «pasión y rigor».

La misma presentación de la tesis doctoral de Jovino Martínez Sierra es un homenaje al escultor, organizada en ocho volúmenes, cuyas tapas han salido de las manos de Alba y evocan la obra «Sombras de luz».

El portavoz del grupo municipal de IU-Los Verdes, Roberto Sánchez Ramos, anunció, ya por la tarde, que en el Pleno del día 17 defenderá la recuperación e instalación de la escultura que Alba creó para la plaza Lago Enol de Oviedo.