E. V. / E. F.-P.

La noticia de la muerte de Luis Arce Monzón, ex secretario general del Ayuntamiento, cayó ayer por la tarde como un mazazo sobre el ex alcalde de Oviedo Antonio Masip. «Estoy desolado», acertó a decir el actual eurodiputado socialista, que compartió con el fallecido maratonianas jornadas de trabajo en el Consistorio durante sus años como alcalde, entre 1983 y 1991. La admiración de Masip hacia Arce ya quedó patente hace más de dos décadas, cuando le concedió la medalla de oro de la ciudad. «Fue un hombre imprescindible, gracias a él no cometí ninguna pifia porque era un sabio, no en vano se pasó muchas horas en la biblioteca del Ayuntamiento, que hoy lleva su nombre; era un estudioso del Derecho», apostilló antes de acudir al tanatorio de Los Arenales para dar el pésame a la familia.

Eloína Suárez, la única mujer que llegó a la Alcaldía de la ciudad, cultivó una profunda amistad con Arce Monzón pese a los pocos meses que ejerció el liderazgo municipal, en 1978. «En momentos muy difíciles supo mantener la calma y ser muy riguroso», señalaba ayer la ex alcaldesa, que vivió los duros vaivenes de la transición democrática española y para quien «el buen talante de Arce hacía que atendiese todas nuestras preguntas, porque no siempre un alcalde sabe de leyes».

Varios miembros de la primera Corporación municipal democrática ovetense, liderada por el entonces alcalde Luis Riera Posada en 1979, recibieron con pesar la noticia del fallecimiento de Luis Arce Monzón. El que fuera portavoz del grupo municipal del PSOE de 1978 a 1983, Wenceslao López, señaló que «en aquel entonces la figura del secretario del Ayuntamiento era vista con recelo, porque tenía un gran poder, pero él supo quitarnos el miedo a todos porque tenía la mente muy abierta, era muy dialogante y sabía de leyes».

Un hombre «serio y profesional», pero «con sentido del humor»

Para José María del Viso, Luis Arce era «una institución, la persona a la que pedíamos asesoramiento en los difíciles años de la transición política». Del Viso, que formaba parte de aquella Corporación de principios de los setenta, habla de él como de alguien «que nos arropaba, nos amparaba y nos daba seguridad jurídica». Por lo demás, cuenta, «era un hombre discreto, nunca lo vi en pandilla con nadie por el Ayuntamiento y, aunque tenía sentido del humor, con los asuntos institucionales y políticos era muy serio».

Cuenta, como demostración de su eficacia, que cuando Luis Riera llegó a la Alcaldía dos de sus concejalas se dirigieron a él para transmitirle su felicitación. «Estuvimos año y medio estudiando vuestra gestión y no encontramos nada irregular, me dijeron. Se lo comuniqué inmediatamente a Luis. Ésa era la mejor satisfacción: una gestión impecable», refiere. «Luis Arce era un lujo para Oviedo», destacó.

El presidente de la Academia Asturiana de Jurisprudencia y catedrático de Derecho Administrativo Leopoldo Tolivar mantiene una relación de gratitud y afecto con la familia Arce. «Tengo una relación estrecha», afirma, y comenta que mantiene con ella un vínculo de gratitud, porque Baudilio Arce intercedió por su abuela, viuda y profesora depurada, cuando tuvo responsabilidades en el Servicio Español de Magisterio.

Tolivar declara su «admiración» por Luis Arce, «miembro original de la Academia Asturiana de Jurisprudencia y un jurista extraordinarios, referente en el Derecho Administrativo». «Era un funcionario cualificadísimo, cosa que hoy no abunda, y un referente nacional. Oí hablar maravillas de él en infinidad de lugares. Era, sin duda, uno de los grandes expertos en Derecho local, que es algo que en España no es muy frecuente», añade.

La cronista oficial de Oviedo, Carmen Ruiz-Tilve, califica la labor de Arce de «irrepetible». Como curiosidad destaca que una hermana del fallecido, Pilar, le dio clase en el instituto, por lo que desarrolló una gran amistad con toda la familia, incluido el padre del clan, el pedagogo Baudilio Arce. «Su hijo Luis pertenece a ese tipo de personas de difícil sustitución y que merece tener una calle en Oviedo», señaló tras conocer su fallecimiento.

Para el periodista Orlando Sanz Arce poseía cualidades extraordinarias tanto en lo personal como en lo profesional. Durante los años que trabajó haciendo información municipal a diario señaló que «siempre tenía la puerta del despacho abierta para atender a la prensa, si ha habido un jurista ejemplar, metódico y con un profundo conocimiento del Derecho en el Ayuntamiento ha sido, sin lugar a dudas, Luis Arce».