Á. FIDALGO

Las fiestas de San Lázaro-Otero vivieron ayer su momento más entrañable al finalizar la misa que estuvo precedida de la procesión. Dos vecinos nacidos en el mismo año, 1928, e igual de queridos en el barrio, Carmen Iglesias Suárez y Ángel Prieto Cabal, recibieron las distinciones más importantes de este festejo, los diplomas que los acreditan como «Lazarina» y «Lazarín» de las fiestas de este año.

Arropados por familiares y amigos en la plaza de Manolo Díaz, ayer sintieron más que nunca el afecto de sus vecinos del barrio, en el que dejaron buena parte de su vida y al que siempre aportaron ilusión y trabajo.

Los padres de Carmen Iglesias, Bonifacio y Mercedes, ya habían sido vecinos de este barrio, con lo cual la «Lazarina» de este año lo es por partida doble. Casada con Andrés Fonseca Portilla («Cholo»), con el que tuvo cinco hijos, dedicó toda su vida a la familia y a la Lavandería Laves, trabajos con los que compaginaba la costura.

Ángel Prieto nació no muy lejos, en el barrio de Pumarín, y su profesión fue la de pintor durante 46 años, aunque su gran pasión fue desde muy joven el ajedrez, llegando a ser campeón de Asturias y de España durante varios años en distintas modalidades de aficionado. Su esposa, María Luisa Cembranos, con la que tuvo tres hijos, regentó durante muchos años Pescados Visi, donde se granjeó el cariño de sus clientes durante todos los años que trabajó en la conocida pescadería.

Y para celebrar la entrega de los diplomas hubo una sesión vermut y por la tarde, el clásico maratón de estas fiestas que gira en torno al tute y al parchís.

Hoy será el último día de las celebraciones, en el que se comerá la tradicional fabada lazarina y por la tarde el bollu preñáu, y para finalizar se dispararán los fuegos artificiales.