Tenor
Javier NEIRA
El tenor mexicano Arturo Chacón-Cruz será sir Edgardo di Ravenswood en la ópera «Lucia di Lammermoor», de Donizetti, segundo título de la LXV Temporada de Ópera de Oviedo, que se ofrecerá, en primera función, el próximo 13 de octubre en el teatro Campoamor.
-Usted es el tenor, el bueno...
-El idealista.
-Eso.
-«Lucia» es una ópera de tanta tradición que lo imaginamos todo muy noble. Y como ha sido representada por grandes cantantes como Kraus o Pavarotti en el papel de Edgardo, y Callas o Sutherland como Lucia...
-Y también Di Stefano.
-También, claro. Pues eso, era necesario analizar otra vez los personajes. Lo hice con el mío para que fuese propio, no de Pavarotti o de otros cantantes. ¿Hasta qué punto son idealistas Edgardo y Lucia? La verdad es que están bastante desquiciados y Lucia no se volvió loca de la noche a la mañana. Edgardo se acopla a esa inestabilidad con su tendencia a ser salvador de Escocia. No está loco, pero no es una persona convencional.
-¿Se contagian?
-De alguna manera. Una ópera como «Lucia» sólo se logra cuando las pasiones se desatan del todo. Si no, sencillamente la chica se casa con otro, Edgardo se enoja y en paz.
-Así sería a día de hoy.
-A día de hoy lo pondría en Facebook: miren la foto de esta desgraciada. Y nada más.
-«Lucia» estuvo olvidada mucho tiempo, dicen que por ser demasiado difícil.
-O porque algunas escenas son muy largas. La escena de la locura es larga y difícil, las modas cambian y el público cambia de opinión.
-Ahora se canta completa.
-La cantamos completa sin cortes apenas, con la escena de la torre.
-¿No tenían cierto sentido las modificaciones?
-La escena de la torre, por ejemplo, es muy difícil para el barítono y el tenor, pero hace más larga la obra. Antes se preocupaban por mantener al público muy atento.
-Pues eso es muy moderno.
-En todo caso, «Lucia» mantiene la tensión. Es una música que no debe perderse.
-Requiere buenos actores.
-Eso vale para estos papeles y para todos. No basta pararse en el centro del escenario, cantar y que el público perciba toda la información por la hermosa música y por la letra. Todos estamos acostumbrados a Hollywood y vemos otras cosas.
-Caballé decía el otro día en estas páginas que las versiones en concierto son muy estimables.
-Hay óperas muy difíciles como «El duque de Alba», de Donizetti, porque supone seis cambios de escena y distintos vestuarios para el coro, así que se hace muy bien en versión concierto. La rescatamos hace cinco años en Montpellier en versión concierto. Fue un exitazo. Tiene razón Caballé, la voz te transmite mucho, pero lo visual es importante. Para rescatar la ópera hay que darle todo al público.
-Y que sea barato.
-Claro, hace tres días estuve en San Francisco y si no venden todas las entradas las ponen a 11 dólares para llenar.
-Y el que pagó 100 dólares, ¿qué dice?
-A los que pagaron 100 dólares los ponen delante y a los de 11 dólares, detrás.
-Castigados...
-Ja, ja, ja, no, son fundamentalmente estudiantes.
-Debuta en Oviedo.
-Cierto. Llegué hace menos de 24 horas. Sé muchas cosas de Oviedo, sé que tiene una gran tradición operística dentro de España.
-¿La ópera ganará a la crisis?
-Es posible superar la crisis. Estoy seguro. Yo estudié Ingeniería Industrial y tenía clase de Mercadotecnia. Estoy seguro de que podemos salvar la ópera. He convencido a gente para hacer conciertos al aire libre gratis y montar una colecta para con ese dinero realizar más publicidad. Doy clases a jóvenes...
-¿Aun más jóvenes?
-Sí, de 18 años en adelante. Y les digo que su voz aún debe madurar, así que de momento tienen que centrarse en estudiar solfeo y actuación. Es muy importante. Si no, no pueden actuar, no estarán al nivel de los demás. Se ve en el Metropolitan, que transmite las funciones por alta definición a los cines. Ves en primer plano cómo cantan y eso requiere actores.