El detonante

El demandante optó por cambiar de compañía por sus problemas con un móvil. La empresa le reclamó 100 euros, que nunca pagó, por incumplir el contrato de permanencia. Tres años y medio después del cambio, fue incluido en un registro de morosos.

El fallo

El juez entiende que la deuda no debe tenerse en cuenta, ya que los contratos de permanencia infringen la ley. Por otro lado, condena a la operadora de telefonía móvil a pagar 1.000 euros en concepto de daños morales por incluir a su cliente en un registro de impagados.