Pablo GONZÁLEZ

El Ayuntamiento busca dar trabajo a Cinturón Verde. Por eso ha decidido que la empresa, creada para acabar con el cinturón del hierro ferroviario que cruzaba parte de la ciudad, se haga cargo de la comercialización de 1.500 plazas que en su día la desaparecida Gesuosa vendió en régimen de concesión por 75 años a un millar largo de ovetenses. Mientras, la sociedad aprobará hoy sus cuentas del pasado ejercicio, que presentan unos beneficios de más de 497.000 euros gracias a la venta de dos parcelas en Cerdeño.

Cinturón Verde tratará de convencer a los concesionarios de las plazas de los aparcamientos de la Argañosa I (491 plazas), los Albergues (380 plazas), Pumarín (410 plazas) y la Tenderina (282 plazas) de la oportunidad que para ellos será hacerse con la propiedad definitiva. Las plazas de los aparcamientos de la Argañosa I y los Albergues ya han sido desafectadas y la sociedad ya puede trabajar con ellas. El proceso para hacer lo mismo con los garajes de Pumarín y la Tenderina está en su primera fase.

La hoja de ruta diseñada por Cinturón Verde pasa por descontar del precio final los 4.417 euros que los concesionarios pagaron en su momento por cada plaza para hacerse con su concesión durante 75 años. De esta forma, esta cantidad podrá restarse de los precios en los que se han valorado las plazas en función de su tamaño. Estos son: 9.311 euros para las pequeñas (2,30x4,75 metros); 10.010 euros para las medianas (2,50x4,75 metros); 10.475 euros para las grandes (2,50x5 metros) y 10.010 euros para las de minusválidos (3,45x5 metros). A las cantidades finales hay que añadir el IVA correspondiente. Los interesados en adquirir las plazas podrán pagarlas en tres plazos o en un único plazo.

Mientras, el consejo de administración de Cinturón Verde tiene previsto aprobar hoy las cuentas de 2012 con un superávit de 497.000 euros, que en su mayoría procede de la venta de dos parcelas en Cerdeño por 133.000 y 50.700 euros. Estos números positivos, tras haber perdido 1,8 millones en 2011, también han sido posibles gracias al acuerdo alcanzado con Aqualia sobre una deuda de 289.000 euros que la sociedad mantenía con la empresa que gestiona el agua en la ciudad.