Los usuarios de la bicicleta contrarios al uso del casco en la ciudad han encontrado un aliado en el catedrático de Derecho Constitucional, Francisco Bastida, que rechaza la medida prevista en el nuevo reglamento de circulación (en fase de enmiendas) por ser contrario a la ley, tener lagunas e invadir las competencias municipales. El jurista participó ayer en un debate sobre el papel de la bicicleta en el tráfico con los miembros del colectivo Asturies con Bici, Rafael Fernández y Luis González, y el intendente de la Policía Local, Manuel Secades, en el Aula Magna del edificio histórico de la Universidad.

«El uso obligatorio del casco en la ciudad para los ciclistas es ilegal», señaló Bastida, para quien la reforma del reglamento no puede ampliar las obligaciones de las vías interurbanas a las urbanas y pone en duda la legalidad de que la norma, de aprobarse, pueda entrar en vigor un año después de su visto bueno, tal como está previsto.

El portavoz de la Policía Local señaló que la imposición del casco será un dolor de cabeza para los agentes municipales de tráfico: «Costó mucho que los motociclistas aceptaran ponérselo hace años y en algunas zonas de veraneo todavía se ve gente sin él. Aquí vamos a tener un problema seguro y la Policía será la mala».

Rafael Fernández, de Asturies con Bici, comparó el impacto de un coche a 50 kilómetros por hora con un ciclista con una caída desde un tercer piso. «Ponte un casco y cae desde esa altura, da igual que lo lleves o que no», comentó.

Todos los asistentes coincidieron en destacar la importancia de contar con vías de velocidad 30 para reducir el riesgo de accidentes, como en el caso de Oviedo. La zona 30 redujo un veinte por ciento los siniestros registrados en el municipio en 2011 respecto a 2010, un 13 por ciento en 2012 respecto a 2011, e incrementó el número de ciclistas.