Javier NEIRA

Ana Mateo, gerente de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA), fue elegida ayer, en Oviedo, presidenta de la Asociación Española de Orquestas Sinfónicas (AEOS), que reúne a 29 agrupaciones musicales de todo el país, de las que 27 son orquestas profesionales y dos orquestas jóvenes. Desde el pasado otoño, Mateo era presidenta en funciones.

Los representantes de las principales orquestas españolas se reunieron en el auditorio Príncipe Felipe de Oviedo el pasado lunes y en la mañana de ayer, martes. Por parte de Asturias asistieron las gerentes de las dos principales formaciones de la comunidad, Ana Mateo por la OSPA y, asimismo, María Riera, gerente de la orquesta Oviedo Filarmonía, que forman parte de la AEOS.

En las sesiones de trabajo se abordaron los problemas de las orquestas españolas, con especial acento en los recortes presupuestarios, de los que se han librado Oviedo Filarmonía y la OSPA, lo que indica, según comentó María Riera al acabar la reunión, que «el apoyo institucional que reciben en Asturias las orquestas no es tan habitual en otras ciudades o comunidades, y es que la clave está en el propio apoyo del público, que aquí es muy fuerte en todos los sentidos».

En la reunión se puso especial acento en la necesidad de que la sociedad sea consciente de la importancia de contar con una orquesta. En el orden administrativo también se abordaron detalles de contrataciones de directores, músicos, partituras y material de trabajo e incluso de los proyectos sociales en los que se deben inscribir los conjuntos musicales.

María Riera indicó, asimismo, que «las orquestas tenemos un papel importante que desarrollar, las personas que figuran a su frente están convencidas de ese papel y luchan por desarrollarlo, aunque también es cierto que no es fácil demostrar a todos los sectores sociales el valor de la función que realiza una orquesta». En ese sentido, los recortes de los presupuestos están empujando a una disminución de las actividades que, a su vez, como en un círculo vicioso, merma la imagen de las orquestas ante los ciudadanos que, a fin de cuentas, son quienes las costean.

En las sesiones clausuradas ayer en Oviedo se insistió en la importante de salir a la calle y que las orquestas ocupen los espacios públicos. La idea cristalizó en una reunión similar celebrada hace dos años. Ahora se ha ido más allá, «presentando proyectos concretos», añadió Riera, «como acudir a determinados barrios o zonas de las ciudades que no están normalmente conectados con las orquestas o enlazar con sectores sociales que no suelen asistir a los conciertos. El clásico planteamiento no vale ya. No vale tener el Auditorio, programar ahí los conciertos, abrir un abono, vender entradas y que la gente acuda a escucharnos». Una orquesta «puede hacer muchas más cosas que tocar una sinfonía de Beethoven en el Auditorio; la idea de salir viene de atrás, pero en esta reunión quedó como una de las principales conclusiones».

Los representantes de las agrupaciones musicales abordaron también en las sesiones de trabajo de ayer y del pasado lunes la titularidad de las orquestas españolas y las distintas configuraciones jurídicas a las que se acogen, en unos casos en una comunidad autónoma, en otros una Diputación o un Ayuntamiento o también según fórmulas mixtas entre instituciones, «en todo caso», indicó María Riera, «lo importante es tener muy presente que se trata de agrupaciones musicales muy pegadas a sus respectivos territorios y deben responder a las necesidades específicas. No es lo mismo que en determinada ciudad haya o no temporada de ópera o de zarzuela, porque si las tienen, como ocurre en Oviedo, lo natural es la colaboración y para eso la orquesta debe orientar su programación. Las orquestas deben estar al servicio de las sociedades en las que están implantadas y deben esforzarse para que todos comprendan y valoren sus actividades».

Las 29 instituciones musicales que se agrupan en la Asociación Española de Orquestas Sinfónicas dan trabajo directo a más de 2.000 profesionales muy cualificados, «y eso hay que ponerlo en valor», añade María Riera. De forma indirecta «los puestos de trabajo son muy superiores, como se demostró el año pasado con el estudio que realizó Deloitte para la Fundación Ópera de Oviedo y que de alguna forma sirve también para las orquestas españolas y muy especialmente para las asturianas».