Ya han pasado once años desde que un grupo que tiraba a la música folk, «Xemá», sacara al mercado un disco y lo promocionara con un single que llevaba por título toda una declaración de intenciones, «Busco un sueño». Ese espejismo que ellos intuían oasis se hará realidad en Malmö (Suecia), cuando Raquel del Rosario y David Feito se suban al escenario el 18 de mayo para representar a España en el Festival de Eurovisión. Junto a ellos estará Juan Luis Suárez, que se unió a «Xemá» en 2003, un año después del nacimiento del grupo.

David y Raquel daban por entonces clase de música en el Colegio Meres y con la llegada de Juan Luis se replantearon el nombre del grupo. La influencia de las aulas y quizás un velado homenaje a Pedrito Fernández les llevó a pensar que sonaría bien un grupo que se llamase «Pupitre Azul». También cierta tendencia rockera y juvenil fue lo que sustentaba otra posibilidad, la de poner de nombre al grupo «La Hija del Caos». Finalmente tiraron por algo más romántico y clásico, «El Sueño de Morfeo», y hasta hoy.

No se puede decir que Raquel, David y Juan Luis hayan tenido suerte en esto de la música, porque en un mundillo tan cainita y acostumbrado a crear y destrozar mitos en cuestión de semanas, ellos llevan ya más de una década en los escenarios, y eso no quiere decir otra cosa que es que son buenos. Al público le gusta lo que hacen y ellos se esfuerzan por hacerlo cada vez mejor.

Para lograr mantenerse, para seguir tocando y grabando discos hay algo que tienen muy claro, su asturianía. En aquel primer disco que salió de las aulas del Meres participó el gran Antón Ceballos, bajista y guitarrista apreciado y muy bien considerado en la escena local. Sobre el escenario de Eurovisión estará Javi Méndez, otro de los grandes de la música asturiana.

Es cierto que la vida les ha llevado por caminos cubiertos de oropeles, pero ellos siguen caminando por las mismas calles y con el mismo paso. Las niñas del barrio reconocen a Raquel del Rosario en la cola del súper y los parroquianos se encuentran a David tomando café por Vallobín. En un paseo a primera hora de la mañana por Salinas no es difícil cruzarse con Juan Luis guitarra al hombro.

Tipos majos, con lo que en algunas ocasiones supone gestionar la fama, y que además de tirar por su carrera con toda el alma aún tienen fuerzas para apoyar sin desmayo la música asturiana. David lo hace desde su estudio de grabación en el parque de Purificación Tomás, de donde han salido productos para la factoría Disney.

Viajarán a Suecia y pase lo que pase lo harán lo mejor que saben y lo mejor que pueden. Son conscientes de que la fama y el éxito es pan de un día, pero también han aprendido que trabajando duro se puede llegar a cumplir un sueño.

Son amigos y residentes en Asturias, pero su música ha cruzado fronteras con canciones como «Ojos de cielo» y «Okupa de mi corazón».

Tal vez cuando alguien diga «Spain... points» se acuerden de su primer concierto en el salón de actos de la Fundación Masaveu.