En mayo de 1938, un domingo, el miliciano anarcosindicalista Higinio Carrocera fue fusilado en la tapia del cementerio El Salvador. Ese mismo día murieron en ese lugar 30 personas, que hoy están enterradas en la fosa común del cementerio civil. Ayer, familiares y simpatizantes anarcosindicalistas, convocados por la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) se reunieron ante la fosa, dentro de los actos de homenaje organizados por el 75.º aniversario de su fusilamiento.

El secretario general de CNT, Ángel Meana, glosó la vida de Carrocera y narró sus últimos momentos. Fue fusilado un domingo, día en el que se solían paralizar las ejecuciones, quizá, aventuró, para evitar «un posible indulto», que reclamaban algunas notorias personalidades de Oviedo.

El homenaje, al que asistieron algunos familiares de Carrocera, natural de La Felguera y que antes de la guerra había trabajado en Duro Felguera, comenzó con la lectura de los nombres, el lugar de nacimiento, el oficio y el nombre de los padres de todos los que perdieron la vida ese día y en ese lugar. Después, los asistentes depositaron claveles rojos y blancos en la fosa. «Rojos, por la sangre derramada; blancos, por la inocencia». Uno de ellos fue colocado junto al nombre de Carrocera, en el muro en el que figuran las más de mil personas enterradas en la fosa de San Salvador.

Los familiares del miliciano depositaron un centro de flores, y otro fue colocado por CNT. El acto, que comenzó a las 12 de la mañana, continuó en el exterior del cementerio, donde un monolito recuerda el lugar de los fusilamientos. El homenaje acabó con la canción «A las barricadas».