«De la misma manera que existe el parque de Pura Tomás o el monumento de Aída de la Fuente, puede existir una estatua dedicada a Teijeiro», señala Gustavo Bueno Sánchez, filósofo y profesor de la Universidad de Oviedo. «Hay un exceso de puritanismo y fariseísmo en la mal llamada ley de Memoria Histórica de Zapatero. Ya puestos a limpiar, podrían tirar la Catedral, que es un símbolo del antiguo régimen», asevera Bueno, favorable a la reposición de la escultura del teniente coronel Jesús Teijeiro Pérez. Por su parte, el catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Oviedo, David Ruiz, señala que es partidario de «conservar los signos de la guerra fratricida, para que no se vuelva a repetir». Así, sostiene que las placas que se retiraron de las calles y esculturas como las de Teijeiro deberían conformar un museo «de los horrores» en los bajos del Consistorio «a coste cero». Opina que «son testimonios de un pasado que debe ilustrar a los habitantes del presente para que sirva de información».