El Conservatorio Superior de Oviedo tiene un altísimo nivel. Bien se vio ayer en las sucesivas actuaciones del III Premio de música de cámara que patrocina la Fundación Caja Rural. Concursaron seis conjuntos -23 jóvenes músicos en total- y en cada agrupación, o uno a uno individualmente, se observó una gran calidad y, asimismo, ambición, ya que los estudiantes optaron por obras de enorme dificultad. Ganó el trío «Vipiace», formado por Sara Cuéllar, gijonesa, violín; Jorge Álvarez Lorduy, pamplonés, chelo, y Mariano Miguel Sánchez, palentino, piano, que interpretaron dos piezas, el cuarto movimiento del trío opus 67 de Shostakovich y el bolero del trío de Arbós «Fantásticos».

Después de conocer el fallo del jurado, Mariano Miguel Sánchez comentó que estaban «muy contentos, no lo esperábamos, es una distinción al trabajo de todo el año. Nos alegramos mucho por Adolfo Cueto, nuestro profesor de música de cámara». Estudia, como sus dos compañeros, el penúltimo curso de la carrera y, según indicó, vino a Oviedo por la calidad de su profesora Teresa Pérez. También dijo que el navarro Jorge Álvarez Lorduy había escogido el Conservatorio carbayón para los estudios superiores por el nivel del profesor Viguen Sarkissov.

El premio está dotado con 1.500 euros y un concierto la próxima temporada en la Sociedad Filarmónica de Oviedo. El jurado, presidido por el director del Conservatorio, Alberto Veintimilla, estaba formado por José Esteban García Miranda, director de la orquesta del Conservatorio; Iván Román, crítico de LA NUEVA ESPAÑA; Santiago González del Valle, directivo de la Filarmónica, y Rafael Zanón, director de la banda del Conservatorio.

La sesión se celebró a partir de las siete de la tarde en el auditorio del Conservatorio. Abrió el cuarteto «M'Allegro ma non Troppo», buenos músicos y con sentido del humor, con el primer tiempo del cuarteto número 3 de Chaikovsky. Laura Bermejo, viola; Guillermo García Gamaza, chelo; Carlos García, violín, y María González Serrano, violín, ofrecieron una gran versión. El cuarteto «Syncopas» tocó, después, dos tiempos del cuarteto americano de Dvorak. Martín Rodríguez, viola, inauguró la pieza, y Marina Aneiros, violín; Eduardo Díez, violín, y Elba Rodríguez, chelo, demostraron carácter y calidad.

El trío «Arsis» se las vio con dos movimientos del trío número uno de la opus 70 de Beethoven, con el chelo profundo de Cristina Luces, la soltura del pianista David Sánchez y el violinista Nicolás Martínez.

Otro grupo con título jocoso, el trío «Umviratus» luchó con gran éxito con un tiempo del trío de Zemlinsky; muy bien Guillermo López Cañal, un gran chelista, con una pianista sólida como Marta Moldenhauer y la eficaz clarinetista Patricia Martín. Les siguieron los ganadores del trío «Vipiace» y, como cierre, el sexteto «Ad Libitum», que se las vio con Poulenc. Enrique Alonso, fagot; Pedro Bartolomé, clarinete, Víctor Cosío, trompa; Kerstin Martínez, piano; Antía Menéndez, oboe, y Jonathan Santiáñez, flauta travesera, pudieron con una obra endiablada.