Casi treinta horas de angustia e impotencia terminaron felizmente ayer por la tarde para una familia de Ciudad Naranco. Su hijo de 12 años se había escapado de casa el viernes, hacia las tres de la tarde, descalzo y vestido con pantalones cortos y una camiseta de tirantes. Sus padres achacaron la huida al miedo del niño a enseñar las notas del colegio, que todavía no han visto. Llenaron el entorno de la vivienda, en la calle Augusto Junquera, de carteles con su fotografía y un número de teléfono de contacto después de poner una denuncia por desaparición en la Policía Nacional. Tres adultos lo encontraron a última hora de la tarde del sábado caminando por el Parque Purificación Tomás. Seguía sin zapatos y, además, tenía sangre en las rodillas. Habían visto su foto en la calle y, de inmediato, llamaron al 091. Le dieron algo de comida, fruta y agua mientras esperaban a los agentes. El chico parecía estar bien, aunque estaba muy asustado tras la noche solo y en la calle.

«Estamos contentísimos porque el niño nunca había hecho algo así y nos extrañaba mucho su comportamiento. Es muy calladito y formal». La madre del pequeño explicaba emocionada el reencuentro con su hijo, que, aunque no ha contado qué asignaturas ha suspendido, confesó que se había escapado por las malas calificaciones.

El niño abrió la puerta de casa en el momento en que su madre se había ido a recostar a la cama, su padre estaba terminando de comer en la cocina y su hermana pequeña de 8 años estaba jugando. «Mi hija entró en el dormitorio y me dijo que su hermano se había marchado. No me lo podía creer porque siempre pide permiso para salir, hasta para ir a por chucherías. Al principio pensé que era eso y esperé un poco, pero luego me puse muy nerviosa», cuenta la madre, que recibió el apoyo de toda la familia para poner en marcha un dispositivo de búsqueda por el barrio.

Una niña les aseguró que había visto al chico sentado en un parque, muy cerca de su casa, a media tarde. A la pequeña le llamó la atención que no llevase zapatos y le preguntó por qué estaba descalzo. «Le dijo que se le habían roto y que por eso se los había quitado, pero que estaba bien», relatan los padres, que vieron un rayo de esperanza en el testimonio de la niña.

Sin embargo, volvieron a temer por su hijo cuando, después de pasar la noche en vela sin tener señales del niño, uno de los amigos del pequeño les dijo que había hablado con él sobre las 23.30 horas. Según les explicó, el niño le pidió dormir en su casa, pero la madre se lo impidió. «Esa señora no le ofreció entrar, y eso que era un amiguito de su niño. Le dijo que su piso no era una casa de beneficencia. Ni siquiera se le ocurrió llamarnos por teléfono para decirnos que nuestro hijo había ido allí. Estoy muy indignada», cuenta la madre del chico.

La Policía Nacional fue a buscarlo al Parque Purificación Tomás tras recibir la llamada de tres adultos que estaban paseando. El pequeño les contó que había dormido en un portal y que, por la mañana, se fue al parque. Allí se hizo heridas en las rodillas al caerse por un terraplén. «Estoy bien, gracias», les dijo.