La empresa Vasco XXI, creada por la sociedad Jovellanos XXI para gestionar las obras de la parcela del Vasco, ha despedido a todos sus trabajadores y decretado una paralización provisional de los trabajos. Desde el lunes, el solar, situado en la calle Víctor Chávarri y en el que ya se levantan los edificios de viviendas y oficinas, está siendo vigilado por una empresa de seguridad privada. Será en septiembre cuando los propietarios de la parcela decidan si reanudan las obras o si, por el contrario, tiran la toalla -como ya hicieron en el Palacio de Congresos de Buenavista- y piden la liquidación de la compañía.

Detrás de la decisión de paralizar las obras está un problema de financiación, un tira y afloja con la entidad bancaria que financia los trabajos, el Banco Sabadell-Herrero. En el caso de que no alcancen una solución y se decida la liquidación de la sociedad, el banco, que ha financiado una inversión cercana a los 60 millones de euros, se quedaría con las 106 viviendas de lujo, las oficinas, el aparcamiento y el espacio para el centro comercial.

La paralización temporal de las obras y el ERE de extinción que afecta a todos los trabajadores de la empresa -antiguos empleados de Fiaga, que construyó el Palacio de Congresos de Buenavista- llega cuando éstas han entrado en su recta final, ya que en principio estaba previsto que los trabajos finalizaran este año, en diciembre.

Fuentes de la empresa señalaron ayer que únicamente se trata de «una paralización temporal de las obras para redefinir algún aspecto de las mismas». La previsión de la compañía es «terminar la promoción» y «reanudar las obras una vez finalizado el verano».

Se trata de un nuevo revés a la operación «de los palacios», que nació a principios de la pasada década para dotar a la ciudad de dos edificios emblemáticos con la firma del arquitecto Santiago Calatrava. Diez años más tarde, y tras numerosos avatares, las obras en la parcela de Buenavista han finalizado, pero la empresa impulsora del proyecto está en quiebra y ha instado un proceso de liquidación de la sociedad que aún debe ser tramitado por el juez. Precisamente la sociedad Vasco XXI es, junto a la concesión de la gestión del Palacio de Congresos, los únicos activos que tiene la sociedad para hacer frente a sus acreedores.

En la otra parcela entregada por el Ayuntamiento, la del Vasco, tras el fracaso de varios proyectos municipales, el solar pasó íntegramente a manos de la empresa, que presentó primero un proyecto para construir tres torres diseñadas por Calatrava, que chocaron con el rechazo popular, y después alcanzó un acuedo con el Gobierno regional para hacer un Palacio de Justicia, que fue tumbado por la UE.