Mezzosoprano, canta mañana en el Arqueológico

La mezzosoprano Marta Knör, ovetense de nacimiento y de origen vasco y alemán, se adentró en el territorio del cabaré en busca de nuevas experiencias musicales, y después de presentar su nuevo repertorio en ciudades como Vitoria, Bilbao y Madrid recala en Oviedo. La acompaña al piano su marido, Aurelio Viribay. Juntos actuarán mañana, a las 20.00 horas, en el claustro del Arqueológico, dentro de la programación del Festival de Verano «Oviedo es música». «Prometo un concierto divertido, y yo seré la primera en pasármelo bien», anuncia.

-¿Qué repertorio interpretará?

-Obras de compositores clásicos pero siempre con pinceladas del «music hall» y el cabaré.

-¿Algo similar a Ute Lemper?

-Pues sí, en esa línea, un repertorio poco convencional.

-¿Cómo se interesó por la música de cabaré?

-Tenía necesidad de ahondar en otros estilos y esto es el resultado de una búsqueda. Estoy muy especializada en la música del siglo XX y tengo contacto con compositores de contemporánea y de jazz. Buscaba un repertorio que me hiciera sentir más relajada y encontré un sitio que me satisfizo.

-¿Conoce el lugar donde va a cantar? Es insólito para un recital de cabaré, nada que ver con un teatro.

-No, pero sé que es un sitio emblemático y pequeño. Los teatros ahora son para sinfónicas y óperas.

-¿La música se ha visto afectada por la situación económica? ¿Se mantiene el público?

-La crisis afecta a todos los gremios, también a la música y las artes en general. Debemos animar a la gente a que vaya al teatro, lea un buen libro, a que vea la interpretación de un buen actor... Es ahí donde va encontrar auténtica satisfacción, en las cosas que alimentan el espíritu.

-¿Algún consejo a los jóvenes que quieren hacer de la música su profesión?

-Viene detrás gente muy bien preparada y lo va a tener bastante más difícil. Hay que salir, ir y volver. Yo también salí de España, me formé, y me traje toda esa vivencia. Es fundamental codearse con otra cultura, otros países, la confrontación cultura y personal. No debes perder nunca de vista tu objetivo.

-¿Cómo surgió su vocación musical?

-En mi casa se escuchaba mucha música. A mis padres les gustaba la clásica y la zarzuela, cantaban en un coro de aficionados y nos inculcaron la afición, más bien nos obligaron a estudiar solfeo de críos. Luego mi padre dijo: «Está niña tiene una voz», y al final hice de ello mi profesión. Los estudios me parecían un tostón, son muy sacrificados, y que me obligaran a seguir con ellos es algo que siempre les agradeceré a mis padres.

-¿Knörr es su auténtico apellido?

-Sí, es alemán, mi abuelo era alemán. Mis padres son vascos y por motivos de trabajo estuvimos afincados por el Norte.

-Y cuando acabe con el cabaré, ¿qué proyectos tiene?

-Soy muy versátil, me muevo en muy diferentes campos y es lo que aconsejo a los cantantes. En octubre actuaré en el Festival de Trescantos, en Madrid, voy a interpretar música de David del Puerto... Me muevo en distintos campos, dentro de la música de cámara.

-Muchos defienden la música de cámara, por encima de las grandes orquestas.

-Los cantantes piensan sólo en la ópera pero la música de cámara ofrece distintas posibilidades, estilos, épocas... Un grupo pequeño instrumental ofrece una versatilidad tremenda. El repertorio es infinito y tiene más salidas. En Europa llevan siglos haciéndolo y en España debemos descubrir la música de cámara.