La conclusión es que Manolín el Gitano, uno de los mendigos más célebres de la ciudad, es lo más parecido a una "celebrity" local. Y lo siguiente será, no sé, un "Manolín" en la MTV, el reality en la calle Uría. Manuel Manzano, más conocido por ese diminutivo, tiene 55 años y sigue vivo. En la noche del lunes las redes sociales lo dieron por muerto. Un tweet del usuario "sinanimodepolemizar", preocupado principalmente en su "time-line" por las cosas del Real Oviedo, encendió la mecha: "DEP manolin el gitano".

Lo que pasó después, que la supuesta muerte del mendigo se convirtiera en el asunto más comentado en Asturias en Twitter y Facebook según los mapas que localizan las tendencias de las redes sociales, sólo se explica por un cúmulo de circunstancias. Pero la primera puede que sea la popularidad del personaje. Los "Twitter death hoax" ("bulos de muerte en twitter") han proliferado en los últimos años aprovechándose principalmente del tirón de un nombre de famoso y del efecto viral de las redes sociales. La lista es larga: Denzel Washington, Bill Cosby, Megan Fox, David Bustamante, Manolo Escobar... En algunos casos el falso rumor tiene su origen en una confusión. Otras se busca deliberadamente, por puro entretenimiento, propagar una noticia falsa de una muerte, inventándose un accidente o cualquier circunstancia. En el caso de Manuel Manzano, una usuaria de twitter ofrecía su propia explicación: "Se comenta en redes que murió Manolín el gitano #Oviedo Me confirman que está vivo. Rumor iniciado por un hermano al pedir para su funeral". En todo caso, lo cierto es que no es la primera vez que se especula con la muerte de Manuel Manzano y que los rumores ponen en aprietos a las redacciones de local, tratando de confirmar o desmentir la noticia entre fuentes de la Policía, de los servicios de urgencias y de asuntos sociales. El éxito del "DEP manolin el gitano" tuvo que ver también con la hora, pasadas las nueve y alcanzando su punto álgido a medianoche. A esas horas, Twitter y Facebook se habían convertido en un rosario de retweets, citas, glosas a la figura del mendigo y unas pocas voces que pedían prudencia: "No me creo que haya muerto Manolin el Gitano, hasta que alguien me lo confirme. El periódico o algo".

Esa confirmación llegó por la mañana, y con la misma rapidez con que se extendió la falsa noticia de su muerte, la verdad de su vida circuló con menos fuerza, acompañada de algunas bromas.

La historia de la muerte viral de Manolín el Gitano en Twitter ejemplifica la potencia que tienen las redes sociales para difundir mensajes muy rápidamente dentro de un círculo relativamente pequeño. Prueba de ello es que antes de que muchos ovetenses que residen en la ciudad conocieran la existencia del rumor les llegaron mensajes de ovetenses que residen fuera con la noticia. Los padres se enteraron por los hijos que estudian en Madrid de que Manolín el Gitano había muerto y no se lo creyeron. El problema de esa potencia, claro, es que el "clic" del retwiteo es una herramienta acrítica, muy fácil pero que no exige una reflexión previa. La inmediatez se come el fondo de la cuestión y parece como si, muchas veces, no importase mucho si es o no cierto. Y lo que interesa es el recorrido, poder estar toda la noche contando las anécdotas de Manolín el gitano, como cuando, abrazado a Gabino de Lorenzo, le soltó lo de "¡Masip, yo siempre te voto!". Lo mismo.