Las dos ideas más repetidas ayer durante la gala de entrega de los premios nacionales de hostelería que concede la federación nacional del sector (FEHR) fueron la coincidencia del escenario con el de los recientes premios "Príncipe" y las alabanzas a la ciudad y el escenario, ese carácter "magistral" en palabras de Martín Berasategui, y la necesidad del sector de hacer frente común, proclamar con orgullo su poder como principal motor económico del país y reclamar más ayudas.

En esa especie de "Oscar" de la hostelería que es esta gala, celebrada por última vez en Sevilla, Hostelería de Asturias tuvo un papel protagonista y su presidente, José Luis Álvarez Almeida, fue el primero en tomar la palabra, dar la bienvenida y marcar el tono político del momento. Tuvo un recuerdo para los mineros fallecidos, expresó el deseo de llegar a contar un día con premio "Príncipe" de las Artes entre los de su sector, dedicó palabras de agradecimiento muy explícitas al Ayuntamiento de Oviedo "por haber hecho justicia en San Mateo con el sector hostelero tras 30 años de indiferencia" y denunció con cifras los recortes de casi el 75% en lo dedicado al turismo por parte del Estado. El tirón de orejas se lo llevaron todas las administraciones, y Almeida reclamó "respeto" a los políticos y madurez a los suyos.

A las palabras prometedoras (ayudas y planes del Principado) de Julio González Zapico, director general de Turismo, siguieron las de José María Rubio, presidente de la FEHR y maestro de ceremonias, de alguna manera, de la noche. Puso sobre la mesa los datos de la potencia del sector -1,4 millones de puestos de trabajo, más del 7% del PIB- y también expuso la cruz de los negocios cerrados cada año. Tras la crisis, concluyó, nada será como antes: "La crisis ha terminado y el cliente ha cambiado, tiene menos posibilidades y es más exigente, quiere más por menos coste". Rubio admitió que la perspectiva a corto y medio plazo será buena porque "el número de turistas extranjeros seguirá subiendo" y el consumo nacional mejorará, pero, alertó, "no podemos seguir haciendo las cosas como las hacíamos, es imprescindible una gestión impecable del negocio si queremos mantener los locales abiertos".

Todos esos discursos pusieron el prólogo a la entrega de premios y reconocimientos, las dos categorías con las que trabajan los galardones de la FEHR. La mayoría de los premiados, responsables de negocios familiares en muchos casos, representantes de grandes empresas en otros pocos, recogieron los guantes de los dirigentes de las asociaciones hosteleras y siguieron por la senda del orgullo del sector. Así, se pudieron escuchar cosas como "gracias por hacernos guerreros de la hostelería", en palabras de Adolfo Muñoz, restaurador de Toledo, o las expresivas palabras de Martín Berasategui, que no pudo acudir a la gala pero mandó un vídeo en el que deseaba a los presentes "celebrarlo a saco" y animaba a los suyos con un "garrote y a pasarlo súper bien".

Otro de los ausentes, Quique Dacosta, el cocinero de Denia, que estaba dando talleres de chocolate en París, expresó también en vídeo su lamento como otros premiados por no poder estar en una ciudad como Oviedo. El vínculo con Asturias en una gala de carácter nacional se notó mucho durante toda la noche. Y no sólo por los elogios al escenario donde se entregan los premios "Príncipe".

También habló sobre Oviedo y sobre ciudad el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, que recibió el premio "José Luis Fernández Noriega" a la concordia y cuyo discurso leyó la concejala de Cultura Ivone Bengoechea. Su "excusa" para no estar "en una ciudad tan hermosa" fueron los achaques de salud, que le han llevado varios meses de "rehabilitación", algo de lo que saben mucho los alcaldes. Azkuna pidió en su discurso, "ante un país convulso, inhabitable, sacar nuestro carácter para luchar por la convivencia".

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Hubo antes y después de la gala muchos otros reconocimientos y testimonios de todo tipo. Premios a Café del Norte, a la colaboración de los restauradores con Acción Contra el Hambre, al grupo Europa de Pamplona, a la apuesta de McDonald's para integrar a los discapacitados gracias a un acuerdo con la ONCE o al chiringuito Nahú Beach de Cádiz.

El contrapunto a todos los premiados, en una gala que había arrancado con la Banda de Gaitas "Ciudad de Oviedo" haciendo pasillo para que los premiados subieran al escenario y un Himno de Asturias con todo el público puesto en pie, fue la actuación de Pilar Jurado. Acompañada por el pianista Duncan Gifford, la soprano ofreció un recital con suficientes bises como para acabar poniendo a todo el auditorio en pie. Especialmente aplaudidas fueron las arias finales, "O mio babbino caro" y "Una voce poco fa", en la que desplegó todo el fuego de artificio vocal que acompaña la pieza.

Eso dio paso a los reconocimientos, apartado en el que el sector de la hostelería sigue premiando la labor de distintos colectivos y figuras destacadas, con abundante presencia de empresas y empresarios asturianos. Una de las instituciones con galardón en este apartado fue Televisión Española, por su difusión de la gastronomía nacional, en especial con "Un país para comérselo" y "Master chef". Patricia Álvarez, directora del centro territorial de RTVE en Asturias, anunció que están a punto de empezar con los castings de la segunda edición del popular concurso y que comenzará a emitirse en breve la versión juvenil, "Master junior".