El uso de la biomasa con fines térmicos en calderas automatizadas ya tiene una historia muy larga en otros países europeos, especialmente en Austria.

Las calderas se diferencian en base al tipo de combustible que usan: pellets, astilla o leña. Generalmente, el pellet o la leña son el combustible usual en viviendas unifamiliares, y la astilla, en grandes instalaciones como hoteles, geriátricos, piscinas, comunidades de vecinos, etcétera...

Una caldera de biomasa automatizada Hargassner puede ofrecer el mismo confort o más que cualquier caldera convencional: el total automatismo en la alimentación del combustible, el encendido, el apagado y su limpieza, junto a un moderno control que garantiza una combustión limpia y eficiente que aporta ni más ni menos el calor necesario. En viviendas unifamiliares, la caldera avisa cuando hay que vaciar el cajón de la ceniza, que suele ser unas 4-5 veces al año. Y vaciar el cajón es cosa de un minuto, sin mancharse las manos. La ceniza se puede usar como abono en el jardín si se desea. La sonda Lambda es actualmente un elemento esencial que asegura una óptima combustión, a pesar de las variaciones que pueda haber en la calidad del combustible.

Las calderas de pellets o astillas requieren un silo (almacén) de combustible correctamente dimensionado, una buena planificación (sin llegar a sobredimensionar la potencia) y una correcta instalación hidráulica. El mantenimiento es igual que las calderas convencionales, anual. El usuario no necesita estar pendiente de la caldera ni de mancharse para limpiarla.

Las calderas de biomasa automatizadas pueden generar fácilmente un ahorro de un 50% o más en los gastos de calefacción. Por ejemplo, 1 litro de gasóleo, que a día de hoy tiene un precio de aproximadamente 0,90 céntimos el litro, tiene el mismo poder calorífico que 2 kilos de pellets, con un precio aproximado de 0,48 céntimos 2 kilos. El precio de la astilla es aún más ventajoso.

Las calderas que actualmente se venden más son las de leña, sobre todo en lugares rurales, donde los propietarios tienen buen acceso a este combustible. La caldera HV ofrece un máximo automatismo: encendido automático, sonda Lambda, limpieza automática, control con pantalla touch. Máximo confort, ¡incluso con leña!

La empresa asturiana Hargassner apostó por la región debido a los recursos disponibles y, sobre todo, a que la mentalidad de los clientes era abierta a este tipo de calefacción. Aunque la tecnología en sí no era nueva, sí que lo era en Asturias y en el resto de España, por lo que imparte desde su inicio, hace casi seis años, formaciones a los diferentes gremios involucrados: instaladores, ingenierías, arquitectos... La empresa apuesta por la formación y el asesoramiento profesional para garantizar una total satisfacción al cliente. Y esta filosofía queda plasmada en el nuevo centro de formaciones Hargassner, que se inaugura el próximo miércoles en el polígono de Asipo, en Llanera. La exposición con calderas reales, funcionando, pretende mostrar al usuario final la tecnología y su fiabilidad. La cercanía de la empresa asegura una óptima respuesta posventa, garantizando así un excelente servicio.