Silvia Luchetti siempre encuentra una nueva faceta en el carácter de María para afrontar con entusiasmo la representación del día. "Unas veces es más inocente, otras más bichilla o más enamoradiza", contaba la actriz un par de horas antes del estreno de ayer en el Campoamor. Luchetti ha descubierto que "Sonrisas y lágrimas", la obra de la que es protagonista desde hace tres años, que ha representando en Madrid y Barcelona y con la que ha salido de gira por España dos veces, es "muy mágica". Y su personaje es inagotable: "María siempre tiene de dónde sacar".

El musical "Sonrisas y lágrimas", patrocinado por LA NUEVA ESPAÑA, forma parte de "la historia personal" de varias generaciones, según Luchetti, y ofrece "un paseo por las emociones, que son simples pero comunes a todos". La actriz argentina dice que puede sentir la tristeza del público cuando María se despide de la madre abadesa para encaminarse al hogar de la familia Von Trapp o cómo se deja llevar por las melodías del "Do, re, mi" o de la canción del pastor, "Hubo una vez un pastor de cabras, lei yodelei yodelei hi hu...".

El relato y la música, el decorado y el vestuario de la versión de "Sonrisas y lágrimas" que se representa hasta el domingo en el teatro Campoamor es fiel al imaginario de la película protagonizada por Julie Andrews en los años sesenta. No faltan las montañas austriacas ni la residencia de los Von Trapp. El reparto está encabezado por Silvia Luchetti y en los papeles principales están Carlos Benito, Noemí Mazoy y Loreto Valverde.

Nueve niños ovetenses se han incorporado al equipo, para representar a los tres hermanos pequeños de la familia Von Trapp. Se turnan en las funciones y en el estreno, el jueves a las ocho de la tarde, los debutantes fueron Adrián Delgado, Rita García y Cristina Nonide. "Yo no quiero ser actriz, prefiero disfrutar como una niña", comentó la benjamina, Rita García. "¿Y de mayor?", le preguntaron. "De mayor también", fue su respuesta. No es fácil entonar, explicó, y hay que pasar mucho tiempo en peluquería antes de conseguir unos tirabuzones tan espléndidos como los que luce sobre el escenario. Aún así es una experiencia divertida, reconoce. "Algo que no olvidarás ponía en el cartel, y yo no lo olvidaré nunca", aseguró su compañero Adrián Delgado, con el asentimiento de Cristina Nonide.

Luchetti, que es la que más tiempo pasa con ellos en el escenario, reconoce que "el trabajo de los niños es muy duro" y se declara una privilegiada "porque es muy divertido estar con ellos". "Los niños ayudan a refrescar cada función", afirma, en referencia al hecho de que en cada ciudad por la que pasan los chiquillos van cambiando para compatibilizar la actuación con la asistencia al colegio.

La protagonista de "Sonrisas y lágrimas" se ha valido de su propia experiencia personal para encarnar al personaje de María. "Yo vivo en la montaña, soy maestra...", dice, y también ha buscado en la historia de la María histórica -porque éste es un relato real- , "una mujer fuerte y fiel a sí misma". "No era una ñoña, era muy fuerte", asegura.