No es la primera vez que el escándalo rodea al grupo Foro del Ayuntamiento de Oviedo ni a la concejala Belén Arganza. Cuando el anterior portavoz del grupo, Arturo González de Mesa, estaba en el Ayuntamiento, ella protagonizó, junto a Cristina García Pumarino, la anécdota de la romería de San Esteban de las Cruces, en la que De Mesa, algo caliente, según testigos, habría comentado en voz alta, en alusión a sus compañeras: "Mira, ésta está mal follada y esta sí lo está (bien follada )". Después, y con el grupo descabezado por la salida de Arturo González de Mesa, Belén Arganza ha sido una de las concejalas que más se han movido para plantear varios pulsos de poder internos. En la actualidad protagoniza más comunicados y acapara más declaraciones que su portavoz municipal, Andrés Llavona, y en el pasado, su nombre sonó como uno de los que estaban dispuestos a pasarse a las filas de los populares o, al menos, a colaborar con ellos en la política municipal.

"En ese momento, las mujeres volvieron a su coche, pero se cambiaron de sitio. Arganza se sentó en el lugar del copiloto y la otra condujo". Tras el vehículo en el que viajaba la edil salieron el conductor colombiano y el otro testigo. Comenzó entonces una carrera kafkiana hacia Oviedo, hasta que encontraron la patrulla de la Policía alertada por Mesa. Según el joven, "allí le hicieron el control de alcoholemia a la que conducía, y Arganza, muy enfadada, se puso a sacarme fotos con el móvil a mí y al señor que había tratado de ayudarme en la explanada".

La tercera parte de la historia es aún más increíble. "El hombre del aparcamiento explicó que había intervenido porque era Policía Nacional y mostró su placa". La concejala forista, "sin inmutarse demasiado", dijo que no le estaba sacando a él, sino que hacía fotos "del entorno". El relato de Mesa va más allá y señala que la acompañante de Arganza imploró a los agentes que la dejasen beber agua, que tenía sed y que no entendía por qué le hacían la prueba a una persona como ella, "muy deportista".

Los agentes trasladaron a M. J. M. G. al cuartel del Rubín. Una grúa se llevó el coche de las mujeres, propiedad de Arganza, al depósito municipal. La edil fue al cuartelillo en taxi y Mesa en su propio vehículo. "Les dije a los agentes que la concejala había conducido el coche en la subida, y conseguí que le hicieran la prueba de alcoholemia". La petición de Mesa se vio atendida casi dos horas después del suceso y Arganza dio positivo.

La Policía levantó un atestado de los hechos ese mismo día. Cuarenta y ocho horas después se celebró un juicio rápido contra M. J. M. G.

El colombiano acudió a la Comisaría de la Policía Nacional el 15 de marzo, cuatro días después del incidente, a poner una denuncia por insultos, amenazas y empujones. "Me dijeron que no era necesario porque ya existía un atestado en la Local". Sin embargo, tras asesorarse, volvió a la sede de la Policía Nacional para hacer el escrito.