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MARCOS GARCÍA | Vicepresidente de Cerner para España y Latinoamérica

"El sistema Millennium da trabajo a quien mete los datos, pero luego todos se benefician"

"La compatibilidad con los demás centros está garantizada; nuestro programa es interoperable en 24 países"

Marcos García Navarrete, ayer, en el nuevo HUCA. NACHO OREJAS

Marcos García Navarrete es vicepresidente para España y Latinoamérica de Cerner, la compañía que ha instalado en el nuevo Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) el programa informático Millennium. En la entrevista que sigue, expone las características principales de esta aplicación y sale al paso de algunas de las críticas que ha recibido en las últimas semanas.

-La principal réplica a las críticas al programa suele basarse en la amplia experiencia de Cerner.

-Tenemos clientes en 24 países: unos 4.000 centros sanitarios. El 25 por ciento de la sanidad de Estados Unidos dispone de un sistema nuestro. Cerner está únicamente dedicada a tecnologías de la información para sanidad. El 99 por ciento de nuestro trabajo es software para la salud.

-Resumidamente, ¿qué es Millennium?

-Empezó a desarrollarse en 1994, hace 20 años. Es una gama de soluciones diferentes para los distintos entornos sanitarios. Se basa en una única plataforma, una base de datos que tiene un módulo para urgencias, un módulo para cirugía, un módulo para atención primaria... Nuestros clientes deciden qué módulos necesitan en función de sus necesidades. Somos líderes mundiales.

-En el Reino Unido la implantación de la plataforma fue muy controvertida.

-Hubo un programa de informatización de todo el servicio público de salud británico. Hablo de unos 14.000 millones de euros. Un programa de estas dimensiones tiene muchas partes diferentes. En Londres están las facultades de Medicina más importantes del Reino Unido: Oxford, Cambridge y Londres. Pues dos de las tres, con sus hospitales, son clientes de Cerner.

-¿Cuánto tiempo requiere para el HUCA de adaptación a la plataforma y de que el profesional se sienta cómodo?

-Hay un período de adaptación inicial que es de semanas, sobre todo en casos como el HUCA, en el que hay un cambio de edificio a la vez que hay un cambio de programa. Pero luego la evolución del sistema no termina nunca porque la evolución del hospital no termina nunca. Cuando damos sesiones de formación a los médicos del HUCA, a ellos ya se les están ocurriendo cosas que les gustaría hacer y que hasta ahora no podían hacer.

-¿Quién dirige esa evolución?

-Es una evolución impulsada por el cliente y apoyada por la compañía. Un ejemplo. En el hospital de Denia, el primer cliente que tuvimos en España, se propusieron mejorar sus procesos en el abordaje las sepsis (infecciones). Hay unos estándares internacionales que establecen cinco factores, y que si un paciente tiene tres de los cinco automáticamente recomiendan empezar el tratamiento. El sistema nuestro, que tiene todos los datos del paciente, sabe cuándo confluyen tres de estos factores. Y en ese momento advierten al médico. Pues bien, lo pusieron en marcha y han hecho un estudio en el que concluyen que en cuatro meses han salvado 32 vidas. Y esto es un hospital de 200 camas, una quinta parte del HUCA. Nosotros definimos unas reglas estándar y luego cada hospital decide si utiliza las que nosotros proporcionamos o si ellos quieren modificarlas de alguna manera. Los profesionales tienen muchas ideas de cómo el sistema puede ayudarles a mejorar.

-Por el momento, dicen que bastante hacen con sobrevivir.

-Lo que he comentado será posible una vez que haya culminado el traslado, los flujos de trabajo estén asentados y el Hospital esté funcionando a pleno rendimiento. El médico es el que tiene la última palabra en cómo tratar al paciente, pero el sistema nuestro puede ayudarle dándole acceso a materiales de referencia, a las mejores prácticas clínicas, que están metidas en el sistema, y todo eso contribuye a que todos los pacientes sean tratados de acuerdo con las mejores prácticas.

-Una crítica que circula por el Hospital: es una aplicación que sobrecarga de trabajo burocrático al médico y ralentiza la atención.

-Cuando se establece un sistema nuevo con flujos de trabajo nuevos, también hay cargas de trabajo que pueden cambiar. Si es un médico que viene de escribir en papel, quizá le resulte más rápido el papel que meterse en el programa y documentar la historia clínica del paciente. Pero luego, cuando la historia está ya documentada, la enfermera tiene acceso a todos los datos, la próxima vez que venga el paciente no habrá que hacerle las mismas preguntas... Quizá da un poco más de trabajo a quien le toca introducir los datos en el sistema, pero todos los que vienen detrás se benefician de ese trabajo. Hemos diseñado el programa de acuerdo a la definición de tareas que nos ha proporcionado el Hospital.

-Un médico de más de 50 años, no especialmente familiarizado con las tecnologías de la comunicación, ¿cuánto tarda en coger el tranquillo?

-Cada persona tarda un tiempo diferente. Hemos diseñado clases de formación y luego, una vez en marcha, un equipo de acompañamiento de 120 personas para respaldar a los profesionales.

-¿Va a mejorar el Millennium la sanidad asturiana?

-No me cabe ninguna duda. Veo un período de adaptación que coincide con el período de traslado y asentamiento de todas las tecnologías, incluyendo la nuestra. Y luego una puerta abierta a mejorar la atención sanitaria en el Principado, situando al HUCA a la par algunos de nuestros clientes que son los hospitales más prestigiosos del mundo: los hospitales universitarios de Londres, la Clínica Mayo, el Hospital Infantil de Boston... Podemos convertir al HUCA en un cliente de referencia para nosotros que atraiga a gente de toda Europa y de todo el mundo.

-¿Está garantizada la compatibilidad con el resto de la red sanitaria regional?

-Está garantizada. Al tener el mismo software en 24 países diferentes hemos tenido que diseñar un sistema interoperable porque nos lo exigen en cada país.

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