El empuje del nuevo Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) ya se deja notar en La Cadellada y en los barrios cercanos al complejo: La Monxina, La Corredoria y Prados de la Vega. Comerciantes y vecinos de la zona constatan una mayor actividad en sus calles y establecimientos, así como un dinamismo en el mercado inmobiliario desconocido desde antes de la crisis.

Los comerciantes y hosteleros son los que más están percibiendo el inicio de la actividad del hospital. Roberto Pérez, dueño de una farmacia en las cercanías del HUCA, aprecia más movimiento en el barrio, pero no tanto en su negocio, pese a estar vinculado a la sanidad: "Se percibe sobre todo en la calle, hay más ajetreo, más coches, más ruido... Antes por aquí no pasaba ni un alma, creo que el barrio lo necesitaba".

También Inma Alonso, que abrió hace apenas tres meses una peluquería, mira con entusiasmo el incremento de viandantes: "Creo que va a ser muy bueno para toda esta zona, y va a ayudar mucho a las empresas jóvenes, como la mía". Curiosamente, tanto ella como Roberto Pérez comentan que muchos visitantes entran en sus establecimientos a preguntar cómo se llega al HUCA.

"Están algo desubicados, y también preguntan mucho por las paradas de autobús", confirma Silvia Vigil, trabajadora de una hotel, que usa para orientar a la gente uno de los gráficos publicados estas últimas semanas por LA NUEVA ESPAÑA. Tras diez años en la avenida de Atenas, Vigil ha visto desde el hotel el devenir de toda la zona: "La crisis nos ha golpeado muy fuerte. El centro comercial ya sólo se sostiene por el supermercado. Pero el HUCA está cambiando el barrio, y creo que para bien", afirma Vigil.

Los comerciantes también aprecian una renovación en parte del vecindario gracias al hospital: "Muchos médicos y enfermeros habían comprado pisos por la zona cuando se empezó a proyectar el traslado, y ahora se están mudando", explica Roberto Pérez.

Precisamente, María Teresa Suárez trabaja en el HUCA y reside en la zona, aunque en su caso lleva ya 30 años en el barrio: "Es cierto que hay compañeros que compraban por aquí. En la zona de La Estrecha, sin ir más lejos, viven varios. Y los alquileres están subiendo, algo que hacía años que no pasaba", comenta Suárez, que se declara "encantada" en el nuevo complejo, pese a reconocer que la puesta en marcha está siendo un tanto "caótica". Otro vecino, Ángel Aparicio, sólo lamenta que el traslado no fructificase antes: "Si lo hubieran hecho cuando tocaba se hubiera ahorrado mucho dinero".

En cuanto a los visitantes, se muestran satisfechos con el HUCA pero confirman las impresiones de los comerciantes: "Vivo cerca de Valentín Masip y no sé qué autobús tengo que coger para llegar allí", señala Teresa Fernández. Los que vienen de fuera, en cambio, lo tienen más fácil: "He llegado bien y hay mucho sitio para aparcar", afirma Manuel Álvarez, al que sólo fastidia el largo viaje que ha tenido que completar, ya que vive en Vegadeo.