El quiosco de "La Chucha", de propiedad municipal, presenta un estado de completo abandono con daños estructurales y grafitis en la madera. Cerrado desde más tres años, el Ayuntamiento ha sacado varias veces a concurso su explotación comercial, pero nadie ha querido ponerse al frente del pequeño establecimiento del Campo San Francisco.

La última licitación fue en 2012, cuando el uso del local salió a concurso por un precio mínimo de 100 euros al año para personas desempleadas. El negocio estaba disponible hasta el 31 de diciembre de 2022. Es decir, era un trabajo de diez años vendiendo prensa y golosinas en el pulmón de la ciudad. En realidad, el Ayuntamiento había suavizado las cláusulas porque las anteriores convocatorias estaban dirigidas a ovetenses con una antigüedad mínima de un año en las listas del paro. La concesión de la explotación de los quioscos municipales, como el de la plaza Longoria Carbajal, la intersección de Ramiro I con Marcelino Suárez, o el de la calle Arzobispo Guisasola, en el Campillín, entre otros, forma parte de las medidas de lucha contra el desempleo en Oviedo, de ahí que la licitación esté restringida a desempleados o personas con alguna minusvalía física o intelectual.

El pequeño inmueble de madera del Campo San Francisco es un referente para cientos de generaciones de ovetenses que de niños compraron allí a diario pipas y regaliz, y ha estado regentado por multitud de quiosqueros, la última, fue Carmen Berros.