"¿Por qué, a pesar del empeño que ponemos, no logramos hacer cristianos más maduros?". Ésta es la pregunta que se hacía ayer el obispo de Palencia, Amadeo Rodríguez Magro, en una conferencia titulada "La coordinación de la familia, la parroquia y la escuela en la transmisión de la fe" en el teatro Filarmónica. La ponencia, y su anterior eucaristía en la Catedral de Oviedo, sirvió para clausurar por la semana diocesana de formación que se ha venido desarrollando en la ciudad.

"Emergencia educativa" fue el término más repetido durante la conferencia, acuñado por el papa emérito Benedicto XVI. En palabras de Rodríguez Magro, "muchos valores cristianos se han visto eclipsados" por la situación social. "Las familias desestructuradas o las imágenes en los medios contraproducentes alejan a los jóvenes de los valores cristianos", añadió Rodríguez Magro. "Gran parte de los niños no van a la catequesis con un despertar religioso de casa y, si lo hacen, es por los abuelos o abuelas", afirmaba el obispo. Por ello, uno de los retos que se plantean es elaborar un proyecto educativo entre todos, "en el que la parroquia, la familia y la escuela hagan una alianza y aúnen fuerzas para el papel de evangelización", terció Rodríguez Magro.

La ponencia, que presidieron el obispo auxiliar de Oviedo, Juan Antonio Menéndez, el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes y el vicario general, Jorge Juan Fernández, puso el punto y final a unos encuentros que congregaron a 545 profesores de religión, catequistas y voluntarios de Cáritas. Todos ellos pudieron matricularse en los doce cursos ofertados. El objetivo de la semana respondía a la formación permanente sugerida en el Sínodo, que tendrá lugar en octubre con el nombre "Los desafíos pastorales sobre la familia en el contexto de la evangelización".

Charo Loy, catequista de la parroquia San Isidoro del Real, en Oviedo, achacó la disminución de niños en las catequesis al "poco tiempo del que disponen los padres". Sin embargo, Juan José Llamedo, delegado diocesano de catequesis, afirmó que "las estadísticas se mantienen, aunque ahora hay más personas que comienzan de adultos".

También preocupa la pérdida de horas lectivas de religión. Pilar Hernández, delegada episcopal de enseñanza, muestra su rechazo a la nueva ley de educación, que permite a cada comunidad autónoma elegir las horas lectivas de esta asignatura. "El Principado de Asturias las ha rebajado de nueve a seis ", afirma. El arzobispo de Oviedo abundó en que "los jóvenes siempre son una asignatura pendiente" y que "no pueden darles las respuestas que se daban hace 50 años".