El Ayuntamiento de Oviedo diseñó una Noche Blanca con más de treinta escenarios y la participación de cientos de personas pero la cosa fue más allá. Empresarios y hosteleros ovetenses quisieron sumarse a la fiesta nocturna de la cultura más allá de la programación oficial. Quisieron sumar y por ello ofrecieron actividades complementarias.

Es el caso del Bulevar de la Sidra. Los bares de gascona tenían ofertas de "tapas de luna" y decoraron la calle. Lo mismo hicieron la asociación de Autónomos y Comercios de Oviedo o la Asociación de Comercio del Oviedo Antiguo. Abrieron tiendas e hicieron ofertas.

En la calle se vivía un ambiente distinto a otros sábados y en los bares aún más. Era una noche consagrada a la cultura. Un ejemplo fue la Santa Sebe, uno de los locales más emblemáticos de la ciudad. El artista ovetense Toño Velasco se subió al escenario y micrófono en mano puso a dibujar a un centenar de personas. A la una de la mañana había concejales, empresarios, camareros, artistas y músicos sentados en el suelo dibujando.

Mientras, en las galerías de arte sonaba música en directo: fue una suerte de intercambio de papeles. El concierto de "Baja California" en formato acústico en la Sala Borrón congregó a decenas de personas. "Los Bonsais" hicieron lo propio en la galería de Lola Orato.

La Noche Blanca sobrepasa la oficialidad y son muchos los que quieren aportar aún sin formar parte de un programa que ya ofrecía decenas de actividades, más que en 2013.