Huyeron con lo puesto el pasado fin de semana tras abandonar el cuerpo inerte de su hijo de dos años en una maleta junto a la vía del tren. Unas horas antes lo habían matado de una paliza en el domicilio familiar, un piso de alquiler en una calle cercana al apeadero de La Argañosa. El pequeño es hijo de una joven de 22 años de origen magrebí, F.C., nacida en Rhamna, Marruecos, que se había trasladado recientemente desde Estepona, Málaga, a Oviedo con su pareja D.F.V. de 33, un ciudadano gallego de La Coruña, que acababa de encontrar trabajo en la capital del Principado, según pudo confirmar LA NUEVA ESPAÑA por fuentes próximas a la investigación. Sobre ellos dos pesa una orden de búsqueda nacional e internacional para responder por tan repulsivo crimen del que se les considera autores.

Una vez confirmado que en el piso de Oviedo no había ni rastro de la pareja, la Policía Nacional trasladó una ramificación de la investigación a Málaga. En una localidad costera de esta provincia andaluza residen tanto el círculo de confianza de la pareja como la familia de ella, que ya están al tanto del asunto y "abrumados" por lo sucedido. En concreto, los padres de la chica, estarían colaborando activamente con los investigadores en el esclarecimiento del suceso y la localización de los fugados. El matrimonio sostiene que su hija no tiene nada que ver con la muerte del pequeño, de la que culpan a su pareja.

Por el momento no se han producido detenciones, aunque los investigadores confían en que no tardarán en atraparlos, puesto que no disponen de recursos económicos para prolongar demasiado la huida en el tiempo. Además, con todas las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en alerta, tienen la certeza de que no lograrán cruzar la frontera.

Tal y como adelantó ayer este diario, una chilaba (una túnica árabe con capucha) fue la pista clave que ayudó a los investigadores a averiguar la identidad del menor asesinado. La Jefatura Superior de Policía de Asturias -con la autorización previa de la titular del Juzgado de Instrucción número 3, Begoña Fernández- envió ayer un comunicado de prensa para informar a la opinión pública de la identificación del menor, confirmando este extremo. "Tras lograr establecer de forma fehaciente el origen de las prendas que envolvían el cuerpo, fue cuestión de horas determinar la identidad del fallecido. Las distintas actuaciones, tanto de investigación como técnicas, determinaron la identidad", subraya la nota informativa.

La Jefatura Superior de Policía en Asturias, que dirige el veterano Baldomero Araujo, también indicó que desde el macabro hallazgo del cuerpo "volcó sus esfuerzos" en lograr el esclarecimiento de los hechos, si bien el desconocimiento de la identidad del niño dificultaba "enormemente" su resolución. También consideran que la colaboración ciudadana ha sido fundamental para la resolución. Este periódico ya publicó en su edición de ayer que, tras acotar entre la comunidad magrebí las pesquisas sobre la identidad del niño, una comunicación ciudadana había puesto a los agentes en el buen camino. Así, la Jefatura considera que "el alto grado de confianza de la población en la Policía ha resultado determinante".

Sobre el caso pesa, por orden judicial, el secreto de las actuaciones, por lo que los datos sobre el avance de la investigación trascienden con cuentagotas, precisamente para no entorpecer la resolución del crimen y atrapar, lo antes posible, a los presuntos autores de la muerte del niño. Tenía sólo dos años y lesiones en varias partes del cuerpo, incluso internas, realizas con una violencia extrema hasta causarle la muerte.