Fadila C., la madre del niño hallado muerto en Oviedo el pasado 3 de noviembre, aseguró hoy durante su declaración en la comisaría de Oviedo que se enteró de la muerte de su pequeño en el momento de ser detenida ayer en León, ya que su pareja le aseguró que estaba con unos familiares.

DETENIDOS EN OVIEDO

El peso de la culpa, las extremas condiciones de vida en la que se encontraban y el cerco policial al que estaban siendo sometidos llevaron ayer a la pareja a la que se le imputa la muerte de un niño de dos años en Vallobín a entregarse. Lo hicieron sobre las tres y media de la tarde en la ciudad de León, después de una llamada al servicio de emergencias 112, que fue traspasada a la centralita del 091. Fue él quien descolgó el teléfono, comunicó su identidad, indicó por qué lo estaban buscando y anunció: "Ya no aguanto más". David. F. V. fue el primero en declarar esta mañana en Comisaría. Según su abogado "está destrozado, pero se ha mostrado colaborador" durante las cuatro horas de declaración, en las que contestó a todas las preguntas. Fadila C., la madre del niño, declara desde las 15.00 horas.Todo apunta a que no pasarán a disposición judicial hasta mañana.

Allí habían llegado el sábado 1 en un autobús que cogieron en la estación intermodal de Oviedo, después de que el viernes el pequeño Imran muriera de una paliza en un piso en la calle Vázquez de Mella en el que vivía con su madre Fadila C. (21 años), de origen magrebí, y la pareja de ésta, el coruñés David F. V. (33 años), y que el cuerpo del niño fuera descubierto el lunes 3 por unos operarios de mantenimiento en una maleta junto a las vías del tren entre los apeaderos de Feve de Vallobín y La Argañosa. Según fuentes conocedoras de la investigación, desde que iniciaron la huida, y ante su escasez de recursos, la pareja -ella está embarazada de tres meses- había comenzado a prostituirse por las calles de León. Además, David F. V. ha sido identificado con el autor de varios hurtos en la ciudad castellano-leonesa. Fueron detenidos en las inmediaciones del parque Babia, en la calle Peñalba, justo en el límite entre los barrios de Las Ventas y La Inmaculada. Según los testigos presenciales, hasta el lugar se desplazaron cuatro patrullas de la Policía Nacional. Él se entregó entre lágrimas. A ella la detuvieron minutos después.

La Policía Nacional les seguía la pista en León desde este fin de semana, tal y como avanzó ayer en sus páginas LA NUEVA ESPAÑA. La difusión de las fotografías de la pareja en los medios de comunicación de todo el país provocó un aluvión de llamadas, muchas de ellas desde León, donde aseguraban haber visto a la pareja. La pista era buena.

Los detenidos cambiaban de lugar para pasar la noche y gastaban el dinero en drogas

La Comisaría de León, a instancias de la Jefatura Superior de la Policía Nacional de Oviedo movilizó a todos sus efectivos. Rastrearon su paradero en todos los rincones de la ciudad y aseguran que estaban a punto de dar con ellos. A pesar de no contar con recursos económicos más allá de los que conseguían delinquiendo y prostituyéndose, la pareja tomó sus precauciones, cambiando cada noche de lugar para dormir. Fuentes próximas a la investigación indicaron que se gastaban el dinero en el alojamiento y también en drogas, un mundo con el que David F. V. está familiarizado desde joven y que provocó que sus padres lo echaran de su casa, en el municipio coruñés de Cambre.

En el momento de la detención, la Comisaría de León comunicó a los compañeros de Oviedo la noticia. El equipo de investigadores se desplazó de inmediato a León para hacerse cargo de los detenidos. Tras resolver el papeleo, la pareja fue trasladada en dos vehículos diferentes, escoltados por dos patrullas, a la capital asturiana. Llegaron a la Comisaría de General Yagüe al filo de las diez de la noche. Él se cubrió el rostro, y ella cruzó el portón del edificio acurrucada en el asiento de atrás. Cuando se bajaron del vehículo, los policías de Oviedo dieron una palmada en el hombro a sus compañeros, felicitándoles por el resultado del trabajo.

La pareja pasó la noche en los calabozos de la Comisaría aislados el uno del otro. La ley fija un plazo máximo de 72 horas para que los detenidos puedan permanecer bajo custodia policial para prestar declaración. Todo apunta a que optarán por confesar tras haberse entregado. No obstante, estarán asistidos por los abogados del turno de oficio del Colegio de Oviedo. Una vez concluyan las diligencias, los detenidos tendrán que visitar a la juez del caso, Begoña Fernández, titular del Juzgado de Instrucción número 3, que dirige las actuaciones desde que se descubrió el cuerpo del pequeño Imran, a quien le faltaban sólo tres meses para cumplir los dos años.

El niño murió de una brutal paliza en la que le fracturaron las cervicales. Aunque también tenía lesiones más antiguas, como una fractura en la pierna, tal y como desveló la autopsia. Una chilaba (túnica árabe con capucha) fue la clave fundamental para resolver el caso. Vistieron al niño con esta prenda antes de abandonarlo en una maleta, entre la maleza, junto a las vías. Una semana después, están de vuelta en Oviedo. Tienen mucho que explicar.