David F., que está en prisión provisional por el asesinato del pequeño Inram, de apenas dos años de edad, ha reconocido que mató al niño durante "una agresión generalizada", una semana antes de que el cuerpo fuese hallado entre unas zarzas junto al apeadero de tren de Vallobín.

David F. había salido el viernes del trabajo y con dinero, se lo gastó todo en cocaína y alcohol hasta que el sábado por la tarde se le acabó el dinero y regresó al domicilio de Vázquez de Mella, en el barrio ovetense de Vallobín, a por más dinero para seguir consumiendo. En ese momento, según su declaración, mantuvo una fuerte discusión con su novia Fadila C, de 21 años, que abandonó la vivienda. Fue la noche del sábado 25 de octubre al domingo 26 cuando dice que mató al pequeño.

La pareja permaneció una semana en Oviedo y después de que se encontrase el cuerpo se trasladaron a León, donde fueron detenidos. Siempre según la versión del acusado, que exculpa en todo momento a su pareja, fue él quien convenció a Fadila para abandonar Asturias con la disculpa de que le estaban buscando por un robo en el taller mecánico en el que trabajaba. Asegura que ella no sabía que el niño estaba muerto y que le dijo que lo había enviado a Galicia con su hermana.

La juez decidió encarcelar a la madre del niño cuyo cadáver fue encontrado junto a las vías del tren en Oviedo como presunta autora de un delito de asesinato al apreciar "frialdad" y "diversas contradicciones" en su testimonio a pesar de que su pareja la exculpó, han informado fuentes judiciales.

La titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Oviedo, que hoy ha levantado el secreto sobre las actuaciones, decretó ayer orden de prisión, comunicada y sin fianza para la mujer, F.C., de 21 años y nacionalidad marroquí, y su pareja, D.F., natural de Cambre (A Coruña) y de 33 años, tras imputarles un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento y otros dos de lesiones y maltrato habitual.

Durante su declaración en sede judicial, el hombre asumió su responsabilidad de forma exclusiva, mientras que la mujer mantuvo la versión dada a la policía de que no tuvo conocimiento de la muerte de su hijo hasta el momento de su detención en León, el pasado martes, ocho días después del hallazgo del cadáver.

No obstante, la magistrada imputó los delitos a ambos, de acuerdo a la petición del fiscal, al apreciar "diversas contradicciones" en el testimonio de la madre y considerar que no pudo explicar de forma creíble por qué se desentendió del paradero del menor.

La madre declaró que estaba "engañada" por su pareja porque le había asegurado que el pequeño se encontraba con su familia y que en unos días volverían a verlo.

No obstante, la magistrada considera que la mujer tampoco pudo explicar de forma coherente cuándo y con quién lo dejó para marcharse con su novio o por qué no se preocupó directamente de dónde estaba con llamadas telefónicas o cualquier otro tipo de comunicación cuando era la única responsable de su custodia.

La magistrada también hace constar que, durante la declaración en sede judicial, el hombre exteriorizó en todo momento estar muy afectado, al contestar durante casi todo el tiempo entre lloros continuados, mientras que la joven se mostró mucho mas tranquila e incluso mostrando cierta frialdad hacia lo que se le preguntaba.

Respecto al delito de robo con fuerza que también se le imputa al hombre, está relacionado con la desaparición de dos ordenadores y 250 euros del taller para el que trabajaba, en Oviedo.

La Policía cree que la madre de Imran vistió al pequeño con la chilaba tras la paliza mortal

Los agentes de la Policía Nacional que investigan el caso del asesinato del pequeño Imran tras una paliza que supuestamente le propinó la pareja de su madre en el piso que los tres compartían en Vallobín, están convencidos de que las pruebas refutan la versión de Fadila, la madre. Ayer, ante la juez que instruye el caso y antes de ser enviada junto a su novio a la prisión de Villabona imputada por un rosario de delitos, que le puede suponer una condena de hasta 33 años, ratificó la declaración que realizó el miércoles en la Comisaría de Oviedo. En ella aseguró que conoció la muerte de su pequeño -en unos días cumpliría 21 meses- cuando fue detenida junto a su novio en León y que estaba convencida de que Imran se encontraba en Galicia junto a unos parientes de su novio, el coruñés David F. V., de 33 años.

El informe forense recoge que la chilaba con la que el niño apareció vestido junto a una maleta en las vías del tren que unen los apeaderos de Feve de La Argañosa y Vallobín le fue colocada cuando ya era cadáver, lo que hace sospechar a la Policía que quien realmente vistió al pequeño fue su madre. Esto "tumbaría" la versión de la mujer, que ayer en el Juzgado de Instrucción número 3 de Oviedo, abundó en su inocencia. Las pruebas forenses también contradicen la declaración realizada ante la Policía por David F. V., que exculpa de lo ocurrido a la chica pero que asegura que el pequeño murió de forma accidental "de un mal golpe". Según el informe pericial Imran habría muerto tras sufrir un importante giro de cuello.

El día de ayer para la pareja comenzó pronto después de que su desesperada situación les llevara a huir tras el crimen (se produjo el pasado viernes 31 de octubre) a León, donde para sobrevivir y costearse su adicción a las drogas habían comenzado a robar y a prostituirse, para este martes entregarse ante el cerco al que les estaba sometiendo la Policía. Sobre las diez de la mañana David F. V. y Fadila C. fueron trasladados de los calabozos de la Comisaría de General Yagüe a los juzgados de Comandante Caballero. Allí, primero él y luego ella, estuvieron declarando hasta pasadas las cuatro de la tarde en presencia de la juez responsable de Instrucción 3, Begoña Fernández, sus abogados y el representante de la Fiscalía del Principado.

De allí salieron conociendo de lo que se les acusa. Los dos se enfrentan a un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento (de 20 a 25 años de cárcel), uno de lesiones (de 2 a 5 años de cárcel) y uno por maltrato habitual (de 6 meses a 3 años). Además, a David F. V. se le imputa un delito de robo con fuerza (de 1 a 3 años de cárcel) debido a la denuncia que pesa sobre él por supuestamente robar herramientas del taller mecánico del barrio de la Tenderina en el que trabaja. De esta forma, Fadila C. se enfrentaría a 33 años de cárcel y su pareja a 36. Según fuentes jurídicas consultadas ayer por LA NUEVA ESPAÑA habría que aplicar también el agravante de parentesco, por lo que si finalmente son condenados por todos los delitos que se les imputa deberían enfrentarse a un castigo que debería sobrepasar la mitad superior de los años de la pena final.

Ante la gravedad de los hechos, la Fiscalía solicitó que la pareja fuera enviada a la prisión de Villabona sin fianza y con posibilidad de comunicarse con el exterior, por lo que desde su entrada en el centro penitenciario podrán recibir visitas tanto de sus abogados como de sus amigos y familiares.