"Soy un mierda; lo siento, vida"
David F. V., que acusa ahora a Fadila de matar a su hijo, le escribió una carta tras ingresar en Villabona en la que le pide perdón y se define como "un cerdo"

"Soy un mierda; lo siento, vida"
M. PÉREZ
"Hola Fadi, soy David. Te escribo esta carta, aunque después de lo que pasó es muy difícil para mí intentar expresar todo lo que quiero decirte, explicarte e incluso disculparme... No sé como empezar. Voy a intentarlo, si algo no te parece bien o te duele, no es mi intención. Sé y entiendo que más dolor es difícil que te haga sentir con palabras, después de todo lo que hice...".
Es el primer párrafo de una carta que David F. V. escribió a la que fuera su pareja, Fadila C., la madre de Imran, el niño asesinado a golpes en Vallobín. Lo hizo unos días después de que los dos ingresasen en Villabona, acusados de asesinato, tras entregarse en León. La abogada de Fadila C., Belén González, aportó esta carta como prueba después de que David F. V. (defendido por Fernando de Barutell) cambiase su declaración y culpase a la joven magrebí de haber matado a su hijo. Inicialmente se había inculpado de la muerte de Imran, exculpándola a ella. Al salir de la vista ya adelantó que estaba en posesión de una prueba "que tumbaría" la nueva declaración.

"Soy un mierda; lo siento, vida"
En la carta, a la que ha tenido acceso este periódico, David F. V. pide perdón varias veces a Fadila por lo sucedido, sin entrar en detalles. "Que estés pasando por esta situación me destroza, me duele haberte hecho tantísimo daño, tantísimo, de verdad", escribe el gallego, de 33 años.
Además, cubre de elogios a Fadila y se define a sí mismo con los peores calificativos: "Me demostraste ser una mujer pura y de verdad. En cambio yo, para qué decir... egoísta, machista y un cerdo. Normal que te de asco, me lo doy yo a mi mismo. Soy un mierda que no te llego a la altura de los pies. Nena, eres grande, muy grande, inmensamente buena. Lo siento vida".

"Soy un mierda; lo siento, vida"
El gallego también le pregunta por el embarazo, porque en ese momento, Fadila aún no se había deshecho del hijo que esperaban. Le dice que tome la decisión que quiera, respecto a tener o no el niño. David también intenta un acercamiento con la madre de Imran (al que no se refiere en ningún momento) y llega a pedirle un "vis a vis" para poder abrazarla y "respirar" a su lado. Las alusiones a las drogas, y cómo echaron a perder su vida, son una constante en la carta. Al final, David se despide de Fadila elevándola a la categoría de "un ángel que Dios me envió" y su "máximo arrepentimiento".

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