El Alcalde quiere convertir Oviedo en una ciudad libre de impuestos para atraer a industrias tecnológicas, que se asentarían en algunas de las naves de la abandonada Fábrica de Armas de la Vega -aún en manos de Defensa-, y tratar de pelear así con la milla de la creatividad de Gijón. Así lo expuso ayer el regidor y candidato popular en las municipales, Agustín Iglesias Caunedo, durante una reunión que mantuvo con los miembros del pleno de la Cámara de Comercio de Oviedo, que preside Fernando Fernández-Kelly.

La idea que Caunedo trasladó a los empresarios gira en torno a dos grandes propuestas. La primera pasa por ofrecer dos años libres de impuestos (tax free) para aquellas sociedades de la rama de la tecnología que opten por Oviedo como sede de alguna de sus matrices. La segunda se concentra en las compañías del sector que ya están instaladas en el concejo. En este caso se les aplicarían bonificaciones en tasas como el IBI (Impuesto sobre Bienes Inmuebles) de hasta el 60 por ciento. La única condición para poder acogerse a esta rebaja impositiva consiste en que las mercantiles generen empleo. En realidad, los impuestos se cobrarán para luego reintegrarse si las mercantiles cumplen con los requisitos exigidos por el Ayuntamiento. En el caso de las empresas tecnológicas ya asentadas en el municipio, los baremos, según explicó Caunedo, que se seguirán para aplicar los descuentos vinculados a la creación de nuevos puestos de trabajo "variarán en función del volumen de la empresa". De esta forma, las firmas con un volumen de negocio de 500.000 euros deberán contratar al menos a dos personas para beneficiarse de los descuentos fiscales, o a una si ésta tiene reconocida una discapacidad superior al 33 por ciento. En el caso de las sociedades que muevan un volumen de negocio situado entre 500.000 y un millón de euros, la exigencia será que contraten al menos a tres personas o a dos si alguna tiene una discapacidad que supere el 33 por ciento. A partir del millón de euros, las compañías que quieran acogerse al plan de bonificaciones propuesto por el PP deben crear al menos cinco nuevos puestos de trabajo o cuatro cuando uno de los nuevos empleados tenga reconocida una discapacidad mínima del 33 por ciento.

Estas medidas, según explicó Caunedo a los empresarios, forman parte de la idea del PP de "potenciar la apuesta por las nuevas industrias del siglo XXI". La intención de los populares es la de cubrir a base de firmas tecnológicas el vacío industrial de la ciudad, que a lo largo de los últimos años ha ido perdiendo músculo del sector terciario. El último caso y más llamativo fue el traslado de la Fábrica de Armas de la Vega a Trubia, que cien días después se convirtió en un expediente de regulación de empleo de extinción y temporal. Finalmente, la plantilla acabó reducida prácticamente a la mitad de lo que sumaban ambas factorías armamentísticas.

El empeño que Caunedo ha puesto en el desarrollo de empresas tecnológicas se enmarca dentro de su política de promoción económica de la ciudad, que incluye el apoyo a los emprendedores, ya sea través del edificio de "coworking" del talud de La Ería o el vivero de empresas inspirado en el Silicon Valley californiano que se levantará en Ventanielles.

Todo esto también enraíza con la apuesta por la economía naranja, aquella que encuentra en la cultura y el entretenimiento una fuente de riqueza. En este punto entra también en juego la Fábrica de Armas de la Vega, ya que la intención del municipio es que los terrenos, una vez que se consiga llegar a un acuerdo con su propietario, el Ministerio de Defensa, sirvan también para albergar contenidos culturales. Sin olvidar la Fábrica del Gas, donde se desarrollarán empresas culturales.