El Juzgado de Menores ha decretado, a petición de la Sección de Menores de la Fiscalía del Principado de Asturias, la medida cautelar de internamiento en régimen semi-abierto del menor que agredió a cuatro policías en la madrugada del pasado domingo. El menor, de 15 años, prestó declaración esta mañana. El presunto agresor acumulaba antecedentes leves, por los que había cumplido medidas de trabajo en beneficio de la comunidad.

El menor llevaba un cuchillo de gran tamaño

Una pelea en un bar de la calle Félix Aramburu el sábado por la noche desencadenó una brutal paliza de un menor a cuatro agentes de la Policía Nacional. El balance de las heridas, del que dan cuenta fuentes del propio cuerpo de seguridad, da idea de la magnitud de la agresión, que se saldó con un policía con una fractura de tibia y peroné, otro compañero con un brazo roto y la clavícula desencajada, un tercero con un desgarro muscular en la pierna por un mordisco y una agente que también requirió asistencia médica por un golpe en el pecho.

La secuencia del suceso, según fuentes policiales, comenzó hacia las dos de la madrugada -en la noche del sábado al domingo- con una llamada al 091 desde un disco bar de la calle Félix Aramburu, en las inmediaciones de La Gesta, alertando de una pelea en el local. Los vecinos cuentan que ya antes, hacia la una, había alboroto en la calle y chavales intercambiando insultos. Algunos vieron a los dos adolescentes que protagonizaron el altercado con la Policía peleándose a las puertas del pub.

Cuando la patrulla llegó al lugar los menores ya habían desaparecido y se habían dado a la fuga por la calle González Besada, según refieren los vecinos. A su paso dejaron un rastro de retrovisores arrancados y golpes con una llave grifa -una herramienta de mecánico de gran tamaño- a los automóviles aparcados en la calle, incidentes de los que dieron cuenta algunos residentes en esa zona. De ese modo los agentes fueron siguiendo la pista a los chavales, de 15 y 16 años, el primero de nacionalidad ecuatoriana y el otro colombiano. No tardaron en dar con ellos, saliendo de un portal de González Besada, a la vuelta de la esquina. Al ver la patrulla de la Policía intentaron huir de nuevo y echaron a correr. Los agentes, según la versión policial, salieron tras ellos, les dieron alcance y cuando intentaban meterlos en el coche el mayor de ellos se escapó. Uno de los funcionarios le persiguió y cuando le dio alcance, teniéndolo ya sujeto, el muchacho se revolvió y le lanzó una patada en la pierna de tal calibre que le rompió la tibia y el peroné. El compañero del policía acudió en su ayuda, tardó unos segundos en llegar y fue recibido de forma similar: el adolescente le lanzó una patada en el costado y en el hombro que le desencajó la clavícula y le rompió el brazo.

Una segunda patrulla policial intervino entonces. Andaba también tras los dos menores, después de haber recibido el aviso de la pelea que habían protagonizado una hora antes, y llegaron a González Besada cuando sus compañeros intentaban reducir al mayor. Tampoco se libraron de los golpes. El adolescente golpeó en el pecho a una agente y dio tal mordisco en la pierna a su compañero cuando éste le sujetaba que se la desgarró.

Tras su detención la Policía intervino a los muchachos la llave grifa con la que habían causado destrozos en los coches aparcados en González Besada y un cuchillo de gran tamaño, modificado de tal modo que podía usarse por los dos lados y con una pieza añadida para causar lesiones más graves. El menor ecuatoriano, el más pequeño, fue entregado a su madre, y debe presentarse hoy en la Fiscalía de Menores.