Enrique Seco San Esteban (Zamora, 1938), premio Castilla y León de las Artes en 2010, vive en y para el campo. Este pintor del costumbrismo rural se levanta cada mañana dispuesto a disfrutar y trabajar en su finca zamorana porque es capaz de hacer las dos cosas a la vez: Da de comer a las gallinas y luego las toma como modelos. Esa rutina del campo y ese paisaje castellano leonés forman parte de la exposición que hoy inaugura en la sala de arte Murillo y que estará abierta hasta el 2 de junio. Sus particulares musas y su mundo de flores silvestres o campesinos incansables vuelven a Oviedo treinta años después de su primera muestra en la ciudad.
-Usted es zamorano de pura cepa pero se siente muy vinculado a Asturias. ¿Por qué?
-Esta región, y en concreto Oviedo, siempre han estado en mi hoja de ruta artística. De hecho, expuse aquí por primera vez después de haber estado siete años en París como autodidacta. Además, el Principado es muy inspirador. Siempre digo que Asturias es una galería de arte en la que un creador se siente en el paraíso del color. Hace diez años escribí el poema "Antes de que se clausure la exposición de mi vida" y en él esta tierra tiene un protagonismo claro. (Enrique Seco se emociona al evocar aquellos versos y se le quiebra la voz). Lo hice porque uno nunca sabe cuál va a ser su última exposición y necesitaba expresar mi agradecimiento a Asturias por ser una constante en mi carrera artística.
-También es poeta. ¿Los versos y la pintura están más cerca de lo que parece?
-Suelo vincular los cuadros con poemas porque el color habla pero no se expresa bien. Sin embargo, en el caso de la muestra que llevo a Oviedo no hay poesía. Son 83 cuadros de óleo sobre tabla con mi temática habitual.
-¿Siempre pinta paisajes castellanos?
-Llevo a Zamora y a Castilla y León por bandera y nunca he variado mi estilo. Eso sí, intento superarme y pinto una media de diez o doce horas al día. No se puede perder el tiempo cuando el arte brota de la mano y el pincel.
-Usted es autodidacta. ¿El arte es algo innato?
-Sí porque es una manifestación de su interior. Un servidor ya pintaba en el vientre de su madre. Sin embargo, no se llega a nada sin trabajo y esfuerzo. Me gusta citar a Aristóteles para explicarlo: "La intensidad en el deseo".
-Entonces, ¿se puede vivir del arte?
-Se puede vivir de todo siempre que haya ganas, ilusión y mucho tesón. Comprendo que son tiempos difíciles, pero si se quiere hay que intentarlo.
