El "Primavera Fest", la fiesta al estilo San Mateo que tendrá lugar en el paseo del Bombé entre el 4 y el 14 de junio, agrada a los vecinos de la zona y a los usuarios habituales del Campo San Francisco. La mayoría de los residentes consultados ayer por este periódico creen que la celebración, que contará con chiringuitos, orquestas, zona para baile y dj, es una "gran oportunidad" para atraer al turismo y para "darle un poco de vida" a la ciudad en unas fechas próximas al verano. "Es una fiesta que revitalizará el Bombé", aseguran, pero advierten de la necesidad de controlar los ruidos y reforzar la seguridad con "medidas antibotellón".
José María Viguera, por ejemplo, apoya la fiesta porque "hay que alegrar a la gente". Él es del Berrón, pero viaja a Oviedo todos los días y pasea por el parque cada mañana. "Si viene buen tiempo y no llueve, la fiesta será un éxito asegurado porque la zona es buena y molesta poco", asegura. La idea es que la fiesta, que está impulsada por Hostelería de Asturias con la colaboración del Ayuntamiento de Oviedo, se consolide en años sucesivos en el periodo que va desde la finalización de la feria de la Ascensión hasta la llegada del Martes de Campo.
"Es una buena solución, Oviedo estaba falto de actos en estas fechas", opina Ramón del Fresno, portavoz de las plataformas vecinales ovetenses. "El Campo San Francisco tiene que dejar de ser un sitio sombrío, oscuro y poco transitable para convertirse en algo que sea utilizable", dice. A Ramón del Fresno le sucede lo que a Emilio Peña, presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Oviedo (FAVO), que cuando era joven era uno de los asiduos a los bailes junto a la Herradura en el Bombé. "Esto ya está inventado de cuando tenía 20 años. Era un éxito en la ciudad", cuentan ambos. "En mi juventud", interviene Peña, "cuando tenía la novia aquí íbamos a bailar al Bombé. Era un clásico de la fiesta ovetense. Es positivo para atraer turismo y revitalizar el Bombé", añade.
Pilar Gurruchaga y Paulino Jardón también participaron en los bailes antiguos en esa zona, que se terminaron con la apertura de la escuela de Hostelería. Ellos pasean a diario por el parque y también comparten la iniciativa. "Celebraciones así se necesitan para dar alegría a la ciudad y si se establecen bien los límites será un éxito", asegura Jardón. "Las fiestas son positivas siempre y cuando haya un buen control", agrega Gurruchaga. Porque la preocupación de los vecinos consultados es esa: el control. "Tiene que haber seguridad suficiente para evitar los botellones", insiste Peña. "Deben controlar el ruido para no molestar", añade María José Tamayo, que prefiere no salir en la fotografía.
"Si nos quejamos de que nos faltan fiestas, esta es buena y el sitio elegido es oportuno", opina Rosa Rodríguez, partidaria de una iniciativa que incluye también un festival de la cerveza y clases de cocina para niños.
