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Futuros comerciantes de prácticas en los Álamos

Alumnos de 28 centros educativos de Oviedo, Siero y Ribera de Arriba participan en un mercado de cooperativas en el Campo

Alumnos del colegio San Ignacio, ayer, en su puesto de venta. RUBÉN IBÁÑEZ

Los alumnos de una treintena de centros educativos de Oviedo, Siero y Ribera de Arriba dejaron ayer muy claro que la estrategia publicitaria es muy importante para una empresa. Algunos recorrieron el paseo de los Álamos disfrazados de vaca para promocionar leche asturiana; otros dieron abrazos a cambio de adquirir un kilo de arroz de Calasparra y el resto se mantuvo detrás de los mostradores de los puestos del Mercado de Cooperativas y Asociaciones Educativas, una iniciativa organizada por la Ciudad Tecnológica Valnalón, que llamó la atención de cientos de clientes.

Estudiantes de Primaria y Secundaria montaron tiendas en el Campo San Francisco con el objetivo de vender productos artesanales, elaborados por ellos mismos, o procedentes de un intercambio con chicos de otros centros educativos de España. Ese fue el caso de un grupo de chavales de cuarto de la ESO del Instituto Río Trubia, que ofrecieron productos típicos de Navarra "a muy buen precio". Miguel Suárez, embutido en una caja de cartón con agujeros para la cabeza, los brazos y las piernas ("es una forma de llamar la atención de la gente", dijo el joven) explicó ayer que gracias a la asociación con otro instituto ha aprendido mucho sobre técnicas de mercado. "Nosotros les compramos espárragos, alcachofas o pimientos, y ellos hicieron lo mismo con casadielles, queso de Cabrales y miel". Al final, los beneficios de uno y otro grupo se repartirán a partes iguales. "En menos de una hora ya vendimos bastante, unos 30 euros. A ver cómo se les da a los navarros".

El proyecto de los trubiecos forma parte de la modalidad "Emprender en mi Escuela" (EME), puesta en marcha por Valnalón para promover la cultura empresarial entre los jóvenes.

Unos metros más allá, 26 niños de quinto de Primaria del colegio San Ignacio decían muy orgullosos que eran una cooperativa. El pequeño Mateo Zapico, de 10 años, tomó la palabra para aclarar que su grupo tiene una meta solidaria. ""El 30 por ciento de lo que ganemos irá destinado a una ONG". La comunidad educativa del centro jesuita decidirá en los próximos días con qué organización va a colaborar. Chapas, broches o "marcapáginas" hechos en clase, fueron los principales productos que sacaron a la venta los alumnos del San Ignacio de acuerdo al modelo "Jóvenes Emprendedores Sociales"(JES), una actividad que en algunos casos también requiere la asociación con un colegio de América latina.

Lucía Prado y Aitana Rivero se pasaron la mañana de un lado a otro del paseo con una bolsa de arroz y una bandeja de roscos de naranja típicos de Murcia. Vendieron alimentos de esa comunidad junto a otro 16 compañeros del Instituto Astures, en Lugones, "Los dulces y el arroz de Calasparra tienen mucho éxito, pero hay que salir a la calle para vender más", comentaron la chicas, que estaban algo cansadas de ir arriba y abajo. "Tenemos compañeros que regalan abrazos como estrategia de marketing, bueno, al principio los daban por 50 céntimos, pero no daba mucho resultado", explicaron.

Los usuarios del centro de apoyo a la integración de la Asociación de Ayuda a las Personas con Parálisis Cerebral (Aspace) también participaron en el mercado de los Álamos. El reciclaje fue su fuerte; de portarretratos a ceniceros hechos con cáscara de huevo.

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