Regresó David Lockington, el Principal director invitado de la Orquesta Sinfónica del Principado (OSPA) en el concierto de ayer en el Auditorio, que sirvió para presentar a Ana María Valderrama junto a la orquesta. Es una de las jóvenes talento del violín que más "suena" actualmente, tras sus éxitos en los principales concursos. Viene mostrando en sus conciertos, con un rápido despegue, la capacidad para comunicar con su violín, unido a poderosos medios técnicos. Así lo hizo en Piedras Blancas y ayer lo confirmó en Oviedo, a través del Concierto nº 3 para violín y orquesta, en si menor, Op. 61 de Saint-Saëns.
La primera parte se centró en el repertorio francés, también con la suite "Pelléas et Melisande, Op. 80" de Fauré, con una evolución muy natural en la orquesta, hasta "La muerte de Mèlisande", cierre perfecto por su fuerza y gravedad. La segunda fue motivo de otros alardes sinfónicos, sobre todo con "Las fuentes de Roma" de Respighi, obra en la que la OSPA demostró su plasticidad, para cerrar con el Berlioz, brillante, de la obertura de "Beatriz y Benedicto".