La iglesia parroquial de Santa María de Trubia, que data del siglo XVIII, necesita una rehabilitación urgente. Los vecinos tienen que esforzarse en recordar la última vez que la vieron en obras, hasta que atinan a situarlas en la década de los ochenta. Nada se hizo, cuentan, tras la riada que anegó el pueblo hace tres años, llevándose por delante el puente de la Riera e inundando la iglesia. "Los bancos flotaban", cuenta Santiago Díaz, refiriéndose a aquellos días. Él forma parte de la comisión constituida por el vecindario para promover la rehabilitación del templo y recaudar fondos para costear las obras, presupuestadas en 160.000 euros.

Con ese propósito han organizado una comida campestre el día del Corpus, el 7 de junio, en la que se proponen recaudar dinero con la venta de bollos preñaos -hay encargados trescientos-. También han planificado una excursión a Santillana del Mar y Santander, el 18 de julio.

A día de hoy, según Santiago Díaz, disponen de 26.000 euros, una suma que han contribuido a reunir los vecinos con sus aportaciones particulares y empresas de los alrededores como Química del Nalón e Industrias Doy. Confían en que el Arzobispado, que es el propietario del templo, añada diez mil euros. Para los donativos particulares han habilitado una cuenta en el Banco Sabadell, a favor de la parroquia de Trubia y para la restauración del templo.

El comité "prorrestauración" de Santa María de Trubia ya tiene el proyecto de rehabilitación visado. Lo previsto es afrontar las obras por fases, desde el tejado y antes de que acabe este año. "En cuanto tengamos cuarenta mil euros empezaremos la obra en la cubierta, que tiene toda la estructura de madera podrida", explica Santiago Díaz. A primera vista y desde el interior, la madera de la techumbre está en buen estado pero una inspección más detenida muestra graves deterioros en las vigas de las tres naves, sobre todo en las laterales, hasta tal punto que los aleros se vienen abajo.

La ubicación del edificio no ayuda. La humedad llega desde el río, que pasa junto a él; de un manantial próximo y a través de las filtraciones del subsuelo, según explican los vecinos. Tras la reparación de la cubierta está previsto atajar ese problema, con un canal perimetral para aislar el edificio y un sistema de recogida y evacuación de aguas. La obra se completará con aislamiento térmico y doble acristalamiento, pintura interior y exterior, refuerzo de la seguridad de la instalación eléctrica, la revisión de la estructura del campanario y la reforma del aseo.