"Mi hijo está en un limbo escolar, sin colegio asignado para el curso que viene". Maite Herrero Vidal, la madre de Osvaldo, el niño de diez años que el Principado quiere trasladar del colegio de Fozaneldi al centro de educación especial de Latores por padecer síndrome de Asperger, denuncia que "tanto el pequeño como su familia viven una incertidumbre insoportable". Desconocen cuál será su próxima escuela, y urge a la titular de la Consejería de Educación, Ana González, a "agilizar la resolución final porque estamos en sus manos". La madre del pequeño teme que "la decisión se dilate entre pacto y pacto para formar el nuevo Gobierno regional", y, mientras tanto, "nosotros ni siquiera sabemos qué libros tenemos que comprarle al crío".

Herrero Vidal presentó un recurso el 8 de mayo contra el dictamen del traslado hecho por la Consejería de Educación. El plazo máximo de resolución es de cuatro meses, es decir, que la familia de Osvaldo podría saber el 8 de septiembre -dos días antes del comienzo de las clases- el colegio al que le corresponde ir.

El trastorno de Osvaldo dificulta sus relaciones sociales, pero a juicio de su madre, "es muy leve" y no afecta a su capacidad de aprendizaje ni rendimiento escolar, y además, está totalmente integrado con sus compañeros de Fozaneldi. "El sueño de mi hijo es convertirse en periodista porque su personaje de cómic preferido es Tintín", explica.

El dictamen de la Administración se basa en el informe de una orientadora del colegio, que establece que lo mejor es que vaya a un centro para niños con necesidades específicas.