Con la llegada del verano se incrementa el personal que atiende a los turistas que acceden a la Catedral. Son ya dos personas desde el 1 de abril y durante los meses de julio, agosto y septiembre se incorpora otro empleado a media jornada, para organizar los nuevos turnos que habrá que adoptar con la apertura ininterrumpida del templo.
Los jardineros comenzarán a resembrar el césped en el recinto rodeado por las estatuas de los monarcas asturianos esta misma semana. El deán, Benito Gallego, explica que habrá pequeños cambios, como la desaparición del seto más próximo al convento de San Pelayo.
Son los jardineros municipales los que, según el deán, se ocupan del mantenimiento de ese patio, además del claustro gótico, en el interior.
"La rampa evita que los que van en silla de ruedas tengan que dar la vuelta para entrar por el Tránsito de Santa Bárbara. Hemos dignificado la entrada a la Catedral", manifiesta con satisfacción el deán, que espera no tener que dar marcha atrás con la apertura del jardín. "Se verá día a día. Los años 1997 y 1998 se hizo un saneamiento muy serio, dentro del plan director de la Catedral, y hubo que cerrarlo por la basura y los actos vandálicos. Abrirlo supone exponernos a esa situación de nuevo", afirma Gallego.
Las doce esculturas del jardín de los Reyes Caudillos fueron encargadas e inauguradas con motivo del primer milenario de la Cámara Santa, en el año 1942. Son obra de Gerardo Zaragoza en su mayoría, incluido el mural en el que figuran Pelayo, Favila y Alfonso I. Víctor Hevia hizo la de Alfonso II - que se yergue fuera del recinto cerrado- y Manuel Álvarez Laviada la de Alfonso III.
Mientras el jardín de los Reyes Caudillos y Santa María del Rey Casto estén abiertos el acceso directo desde la capilla a la Catedral estará cerrado, para evitar que los turistas pasen al interior evitando el pago de entrada, que se introdujo hace ya más de un año.
