La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El grupo Moisés Álvarez compra el edificio de la antigua discoteca ovetense La Real para hacer pisos

La operación inmobiliaria, con una inversión de 6 millones de euros, arrancará el próximo julio para habilitar 20 viviendas en un año y medio

Estado actual del edificio del número 19 de la calle Cervantes. NACHO OREJAS

La empresa Tradehi Desarrollos, del grupo Moisés Álvarez, ha adquirido el edificio de la antigua discoteca La Real, en la calle Cervantes número 19, para construir veinte pisos con trasteros y garajes. Según ha sabido LA NUEVA ESPAÑA por fuentes de la empresa, la escritura de la operación se firmó esta semana y la inversión asciende a seis millones de euros. La firma cuenta ya con licencia de obra para empezar la rehabilitación el próximo mes de julio. El plazo de ejecución es de 18 meses.

Hasta la firma de la escritura el edificio era propiedad de Solvia, la inmobiliaria del Banco Sabadell. El banco se había quedado con la propiedad para responder de un crédito que los anteriores dueños no pudieron asumir en plena crisis del sector inmobiliario. El edificio está protegido por el Catálogo Urbanístico de Oviedo y es obra de Enrique Rodríguez Bustelo, que lo construyó en 1939 por encargo de los propietarios de la emblemática empresa Anís de la Asturiana, primeros propietarios del inmueble.

El proyecto pensado para el número 19 de la calle Cervantes dejará una superficie construida de cerca de 3.000 metros cuadrados. Las mismas fuentes de la nueva propiedad consultadas por este periódico explicaron que la iniciativa busca construir viviendas con altas calidades, acorde a la zona centro en la que se ubica el edificio, y que las viviendas tendrán diferentes tamaños: desde apartamentos a grandes pisos de tres dormitorios.

Hasta hace pocos años el número 19 de la calle Cervantes estaba habitado por personas mayores que disfrutaban de rentas antiguas. A finales de 2009 los inquilinos denunciaron a través de las páginas de LA NUEVA ESPAÑA que estaban sufriendo una situación de "acoso inmobiliario". El ascensor había dejado de funcionar, el portal acumulaba basura y ni siquiera funcionaba el portero automático, por lo que les resultaba complicado recibir visitas o el correo. Ventanas rotas, techos desconchados y paredes muy deterioradas constituían el día a día de estos vecinos, que clamaban entonces por "vivir tranquilos" y en "condiciones dignas" los últimos años de su vida.

Tras deshacerse de la propiedad del número 19 de la calle Cervantes, Solvia tiene aún entre manos el futuro de otro proyecto urbanístico importante en la ciudad. El brazo inmobiliario del Banco Sabadell está tratando de decidir qué hacer con el proyecto inmobiliario inacabado de la parcela del Vasco, en la calle Víctor Chávarri, tras la quiebra de la promotora, Jovellanos XXI.

La operación de la adquisición de esta promoción se cerró a finales del pasado mes de diciembre, con un desenlace que entraba en lo previsible: el Banco Sabadell sostenía financieramente este plan inmobiliario y la promoción respondía como garantía hipotecaria de una inversión cercana a los 60 millones de euros.

La previsión de ventas y el ritmo real de comercialización de una promoción de 106 viviendas, en plena crisis, obligaron a parar las obras y a acudir al concurso de acreedores. Solvia se dio el plazo de unos meses para decidir qué hacer con esta promoción, con las obra paralizadas desde 2013. La primera fase está rematada al 80 por ciento, mientras que la segunda no llegó a arrancar.

Compartir el artículo

stats