A la Virgen del Picón los vecinos de La Manzaneda la ven flamenca y cada año le dedican una romería y una misa rocieras. La imagen fue recobrada y restaurada por la asociación "Los Calamones" y por los vecinos hace un año y ayer, primer domingo de junio y fecha elegida para festejarla, el pueblo se volcó.

La misa tuvo lugar a los pies del nuevo santuario, obra de Francisco Giraldo y con cuyo coste -dos mil euros- ha corrido todo el pueblo.

Para 2016 el vecindario confía en que el camino esté asfaltado y más adelante espera construir un mirador ante el santuario del Picón, desde el que disfrutar de las magníficas vistas.

José Alonso, hermano mayor de la nueva Cofradía de la Virgen del Picón y alcalde de la localidad, justifica el aire andaluz que le han dado al festejo. Cuenta que las fiestas locales son las de la Inmaculada y que el propósito de estas nuevas celebraciones es llamar la atención sobre la localidad para atraer al turismo.

Con ese espíritu un centenar de vecinos y visitantes se vistió ayer de faralaes y lunares y salió en romería con la Virgen, que fue traslada hasta el santuario en un tractor adornado con cintas de colores. Así recorrió unos ochocientos metros hasta llegar a su santuario y empezar la misa, en la que cantó un coro rociero.

La jornada festiva en la Manzaneda continuó con una comida popular con un menú igualmente flamenco: empanada andaluza, paella con chopitos y gambas y rebujito a discreción.