La joven poeta maliaya Patricia Ramos dejó ayer constancia en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA de que de cada obra puede extraerse una lección personal. Al menos ella así lo reconoce, cuando asegura que "los libros son como un espejo del alma, porque leemos lo que llevamos dentro".

Y dentro de esta amplitud de miras literarias se enmarca "Lo que te conté con los labios sellados", su primer poemario, en el que se canta al amor, al desamor e incluso a la libertad de expresión.

Ramos, que fue presentada por su editor, Pablo Solares, defendió la atemporalidad de la poesía, y de la literatura en general. "Porque no hay mas que ver que cada vez se lee más a los clásicos, y lo que importa es lo que dice la obra no la fecha en la que fue escrita".

"Cuando leo un libro de poesía tengo la manía de subrayar lo que me llama la atención, marco hasta poemas enteros", asegura Ramos. Entre sus autores favoritos cita a Elvira Sastre, Diego Álvarez Miguel y a Ángel González, "uno de mis referentes indiscutibles". La presentación culminó con una lectura de poemas, como el titulado "De heridas y cicatrices" y otro dedicado a la libertad de expresión, en honor a las víctimas del atentado islamista contra "Charlie Hebdo".