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"En la investidura iba a prometer el cargo, votar a Taboada y después, dimitir"

"La marca PSOE no pasa por su mejor momento, pero es el partido que cambió el país y lo volverá a hacer"

Diego Valiño, ayer, en la plaza del Ayuntamiento. MARÍA GÓMEZ

Diego Valiño (15 de enero de 1986) es uno de los concejales que se estrena en la nueva Corporación. Vinculado a las Juventudes Socialistas desde muy joven, Valiño estudió Periodismo en Madrid para luego ejercer la profesión en varios lugares, fundamentalmente vinculado a las redes sociales. Luego la crisis le obligó a buscarse la vida haciendo camas en un hotel o dando clases de español en varias ciudades europeas como París, Munich, Bruselas o Bedford (Inglaterra).

-¿Se considera un ejemplo de lo que están sufriendo los jóvenes más preparados del país?

-Pues sí. Estudié, me esforcé y tuve que emigrar como muchísimos jóvenes. Soy periodista y no tengo oportunidades para trabajar en el sector. Llevo desde 2011 sin un contrato de trabajo.

-¿Y cómo acaba un periodista de concejal del PSOE?

-Lo último que hice fueron unas prácticas en el grupo socialista del Parlamento Europeo en Bruselas. Tres días antes de regresar de Bruselas, Wenceslao (López) me envió un mensaje ofreciéndome ir en la lista con él en un puesto de no salida. Acepté. La sorpresa llegó la semana siguiente cuando me enteré que iba quinto. No sé cuál fue el motivo del cambio. No se lo he preguntado a Wenceslao.

-Obtuvieron el peor resultado de la historia del PSOE pero ostentan la Alcaldía.

-El PSOE ha logrado un resultado muy malo y es algo que nos tenemos que replantear. Hay que trabajar mucho estos cuatro años para recuperar a nuestro electorado y demostrar que tenemos ideas para sacar esta ciudad adelante. El escenario que menos me esperaba es que Wenceslao fuera el alcalde. A veces en la vida lo imposible sucede.

-Aunque si no llega a darse esa circunstancia hay concejales socialistas como usted que hubieran votado a la candidatura de Somos en contra del criterio de la FSA.

-Aquel sábado fue horroroso. Por la mañana no dejaba de dar vueltas por casa. Fue el peor día de mi vida porque era consciente de que estábamos a punto de dejar pasar una oportunidad histórica de acabar con veinticuatro años de gobierno del PP. Entré en el Pleno de investidura consciente de que era el fin de mi militancia en el PSOE, que acabaría expulsado y que tendría que volver a emigrar. Iba a prometer el cargo, votar a Taboada y dimitir. Incluso mi hermana me dijo que fuera con ella a Inglaterra a trabajar. Pero la película acabó de una forma muy distinta. Lo ocurrido me ha dejado claro de que hay que luchar por lo que uno cree.

-¿Qué cuerpo se le quedó cuando el comité autonómico de la FSA decide que Wenceslao López debe ser el candidato?

-El problema fue que ya teníamos un acuerdo con Somos e IU. Había un programa de gobierno. Cumplimos a rajatabla la resolución del partido a nivel federal: apoyar gobiernos de izquierdas sin entrar en ellos. La decisión de la FSA no fue la adecuada. Nos puso entre la espada y la pared. Me quiero marcar como objetivo recuperar la confianza de los compañeros de la FSA.

-Ahora el tripartito negocia los sueldos de los ediles, pero el tema no avanza.

-Sería anormal que no hubiera discrepancias porque tenemos nuestras diferencias. Si fuéramos iguales nos habríamos presentados juntos. Los políticos deben tener una remuneración justa y los grupos unos medios adecuados para hacer su trabajo. El sueldo más alto que he tenido en mi vida fue de 1.500 euros en Madrid, y vivía muy dignamente. Y también he trabajado gratis. Considero que no hay que trabajar gratis, ni cobrar poco.

-¿Es suficiente para un edil cobrar 1.900 euros?

-Considero que cobrar 1.900 euros es un sueldo digno. Pero el debate que se está montando con los sueldos de los políticos no me gusta. Es demagógico. Los políticos deben estar bien pagados, y la gente de la calle también.

-¿Se ven con fuerza para remunicipalizar servicios como el cobro de los impuestos o la recogida de basuras?

-Creemos en un modelo público. No es cuestión de ir a por una u otra empresa. Hay que estudiar bien los contratos y las posibilidades que existen para aplicar nuestro modelo. Pero tenemos la voluntad de hacerlo.

-Se ha quedo fuera del gobierno. Se supone que es para trabajar en el grupo y en el trato más directo con la gente.

-Wenceslao no me ha dicho nada, pero intuyo que será así. Pero si me he apuntado a esta aventura es precisamente para eso: para que el partido recupere la calle. Los políticos no pueden relacionarse con los vecinos sólo en época de elecciones. Los políticos y los periodistas debemos estar más en la calle que en los despachos.

-¿Qué área le hubiera gustado llevar si pudiera elegir?

-Comunicación, sin duda.

-Ya que saca el tema, ¿va a ser complicado unificar el mensaje del tripartito?

-Intuyo que sí porque supongo que cada partido querrá apuntarse tantos. Habrá que hablar sobre cómo se va a centralizar el mensaje, al menos, el del equipo de gobierno.

-¿Con quién será más fácil convivir, con Somos o con IU?

-Estoy muy contento con la actitud de los dos grupos.

-Por edad, forma de pensar... lo fácil es que hubiera acabado en Podemos.

-Nunca pensé en dar el paso hacia Podemos. Aunque es cierto que el partido ha tomado decisiones que no me gustaron nada y que la marca no pasa por su mejor momento. Pero el PSOE es el partido que ha cambiado este país. Y va a seguir haciéndolo.

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